Álava rechaza otra vez suscribir el plan eólico pese a la promesa de Agirre

La adhesión de Álava al plan eólico vuelve a complicarse. La Diputación se ha negado a suscribir el último documento, pese a que se habían incorporado las aportaciones exigidas por el propio diputado general, y mantiene sus exigencias que imposibilitan parques eólicos en los montes. "Estamos a la espera de un contacto con Lakua [el Departamento de Industria] para ver si se ha llega a un acuerdo", señaló ayer un portavoz del Departamento foral de Medio Ambiente. Industria había variado el texto del pacto -suscrito por el Gobierno, las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa y Eudel- después de una comunicación verbal del diputado general, Xabier Agirre, a finales de febrero, de que Álava respaldaría el documento si se incluía un párrafo de que habría una "salvaguarda del patrimonio natural y paisajístico". Esta exigencia fue aceptada por la consejería que dirige Bernabé Unda.

La Diputación dice a las Juntas que no se respetan sus criterios eólicos

Industria convocó el jueves a Álava para la firma, pero nadie acudió

La intervención de Agirre suponía que imponía su criterio al de su diputado foral de Medio Ambiente, Mikel Mintegi, quien ha sido el principal obstáculo al pacto eólico entre todas las instituciones, al exigir que se garantice en el documento la no construcción de los tres parques alaveses contemplados.

Pero la situación parece haber variado de nuevo. Dos respuestas escritas en las Juntas Generales y de idéntico contenido, firmadas el pasado 11 de marzo por Mintegi y el director del gabinete del diputado general, Juan Carlos Peral, afirman que en el pacto se deben excluir los tres parques alaveses: Arkamo, Cruz de Alta y Montes de Iturrieta. El pacto suscrito por el resto de las instituciones deja estas instalaciones para la segunda fase del Plan Territorial Sectorial eólico, aunque, al estar incluidos dentro de la Red Natura 2000 (las áreas de protección natural definidas por la Unión Europea), es muy complicado que se construyan. Pese a ello, el criterio de Industria es que se deben cumplir los diferentes trámites antes de desechar definitivamente dichos parques.

Las respuestas de los dos altos cargos alaveses señalan que el pacto eólico suscrito por el resto de instituciones "abre la puerta a la construcción de Arkamo, Cruz de Alda e Iturrieta" y que no se respetan los criterios del plan Mugarri (el documento elaborado por la Diputación alavesa sobre la energía eólica). "Más bien es contrario a ellas". Dicho plan imposibilita la construcción de parques en montañas y los limita a zonas de menor altura, lo que dificulta la rentabilidad de las instalaciones eólicas. "Sería nuestro deseo que, entre unas y otras propuestas, se consiguiera un acuerdo que respete criterios y medidas", agregan.

Estos planteamientos ya fueron rechazados durante los seis meses de negociaciones por el Gobierno y le llevaron a presentar en febrero el pacto logrado por todos salvo Álava.

Industria, que tras la comunicación verbal de Xabier Agirre no había recibido otra propuesta, tramitó esa pequeña modificación y la trasladó al resto de instituciones, que también la respaldaron. El pasado jueves, al día siguiente de conocerse la presunta trama de corrupción en Álava, se convocó en Lakua a la Diputación alavesa -quien debía suscribir el documento era el diputado foral Mikel Mintegi- para firmar el documento pero nadie se presentó, confirmó un portavoz de la consejería, quien se mostró sorprendido por el nuevo cambio de postura. Gran parte del equipo de Industria -entre ellos el viceconsejero de Energía, Xabier Garmendia, quien ha liderado las negociaciones- está de viaje oficial en Brasil, por lo que esta semana no habrá ningún contacto, como ha planteado el Departamento alavés de Medio Ambiente.

El Plan Territorial Sectorial de Energía Eólica, que se encontraba paralizado desde 2008 por la creciente oposición, quedó desbloqueado en febrero: permitirá impulsar dos parques y otros 12 miniparques (los que tienen una potencia inferior a 10 megawatios) y lograr, cuando estén en funcionamiento, duplicar la potencia instalada actual, de 153 megawatios a 325.