El Museo Vasco recibe del BBVA una donación de loza de Busturia
El Museo Vasco ha incorporado a su colección 15 piezas de loza de Busturia del siglo XIX que han sido donadas por el BBVA. La serie, en buen estado de conservación, está formada por piezas de vajilla y servicios de tocador, que son muy escasos.
Las piezas (un frutero, siete fuentes, tres platillos, dos soperas, una entremesera y un plato) fueron elaboradas por la Fábrica de San Mamés de Busturia, que estuvo en activo entre 1842 y 1862 en una extensa explanada situada en el extremo noroeste de la anteiglesia de Busturia, junto a la ría de Gernika.
La loza fina es una producción caracterizada por el empleo de pastas blancas semicubiertas por un esmalte transparente y fácilmente identificable por sus profusas decoraciones a base de estampaciones y calcomanías. Surgida a mediados del siglo XVIII en la factoría inglesa de Wedgwood, la loza fina tuvo la finalidad de proporcionar a la burguesía emergente un artículo de aspecto similar a la porcelana pero a un precio menor. La loza de ese tipo se difundió rápidamente por Europa y, además de en Busturia, se abrieron fábricas en Yanci y Axpe.
La fábrica de San Mamés se nutrió esencialmente de mano de obra procedente del entorno más próximo y se abasteció de los ricos yacimientos de arcillas blancas existentes en los alrededores, como Kortezubi, Murueta y Forua. Según explicó la directora del Museo Vasco, Amaia Basterretxea, "los testimonios de esta producción, centrada fundamentalmente en piezas de vajilla y servicios de lavabo o tocador, son muy escasos y es el Museo Vasco quien, al día de hoy, custodia la mayor parte de los conocidos".
Basterretxea destacó que el interés las piezas donadas por el BBVA radica en su valor como conjunto y, sobre todo, en la peculiaridad de algunos de sus elementos.
