El Poder Judicial apura la negociación para elegir al presidente del Superior

La incertidumbre se mantiene a sólo 24 horas de la fecha fijada inicialmente para elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior. La designación no está confirmada y corre riesgo de sufrir su tercer bloqueo. Una situación inédita que podría dañar aún más la ya deteriorada imagen del Poder Judicial. Sobre todo, tras el supuesto esfuerzo de transparencia materializado la pasada semana en Madrid con las primeras entrevistas públicas de los candidatos. El Consejo apura los minutos y las negociaciones para cerrar un acuerdo que pueda salvar el proceso.

A día de hoy, y aunque se puede incluir hasta pocos minutos antes, la presidencia del alto tribunal vasco no figura en el orden del día del pleno que celebrará mañana el Consejo. Al contrario de lo que ocurre con la Audiencia de Guipúzcoa. Un hecho de incongruente justificación si se atiende a la premura de plazos argumentada por algunos vocales del órgano de gobierno de los jueces como causa del posible retraso. El Superior se convocó con antelación y sus candidatos se sometieron antes a la comparecencia pública.

Sólo la Audiencia de Guipúzcoa figura en el orden del día de mañana

Un tercer bloqueo supondría un nuevo revés a la imagen ya dañada del Consejo

Como trasfondo late el juego de dobles figuras que se traen las dos grandes sensibilidades del Poder Judicial. En especial la conservadora, que ha maniobrado para forzar la designación guipuzcoana antes de permitir un acuerdo sobre el Superior. Su estrategia pasa por colocar al frente de la Audiencia al aspirante de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), Juan Pablo González. Sólo en ese caso favorecería la designación del neutral Juan Mateo Ayala para el alto tribunal vasco.

San Sebastián parece tener la llave de Bilbao. Así, un vuelco en la Audiencia a favor del candidato progresista de Jueces para la Democracia (JpD), Iñaki Subijana, cambiaría el escenario y legitimaría a los conservadores para consensuar la figura de Juan Luis Ibarra para el Superior. Un aspirante que tampoco está asociado, pero con el que han mantenido siempre una buena relación. Inasumible, sin embargo, para el sector nacionalista, más partidario de Ayala.

El papel de quienes completan las respectivas ternas se ha reducido a la mínima expresión. Jaime Tapia no ha entrado en el intercambio de puestos y casi está descartado para el alto tribunal vasco, pese a que "pasó el listón" del examen público, según la mayoría de los consejeros. No es el caso de Luis Blánquez, expedientado por filtrar información y presionar a compañeros. Su candidatura a la Audiencia ya se interpretó como excéntrica desde el principio.

Con o sin acuerdo, las dos sensibilidades mayoritarias del Consejo cerrarán esta tarde su negociación. Tendrán que calibrar si prevalecen los intereses de las asociaciones sobre la imagen del Poder Judicial. También en este punto hay matices. Los vocales progresistas confían en consensuar un candidato y en proceder mañana a su nombramiento. Sin más bloqueos ni retrasos. "Es la voluntad general y el que no esté por la labor tendrá que responsabilizarse en público", advierten. Más escépticos, los conservadores no ponen todavía la mano en el fuego.

Pero no todo es tan complicado en lo que a gobiernos judiciales respecta. En medio de la incertidumbre generada sobre la presidencia del Tribunal Superior, la judicatura bilbaína afronta hoy otra importante jornada con la elección de su juez decano. Uno de los ocho únicos de España que, por la relevancia de la plaza en cuestión, ejercen su función como liberados, sin labores jurisdiccionales. El preciado sillón se lo disputan quien lo ocupa en la actualidad, Alfonso González-Guija, y Ana García, que opta a arrebatárselo.

González-Guija está asociado a la APM, mientras que García es de JpD. Ambos admiten, sin embargo, que no existen "enfrentamientos" y que sus relaciones son "exquisitas". Un ejemplo del que deberían tomar buena nota los vocales de ambas agrupaciones en el Poder Judicial. La elección del decano, además, es la única realmente democrática de la carrera, ya que se realiza entre los jueces de la ciudad por sufragio directo y presencial.

El aspirante conservador suma ya ocho años de mandato y apuesta por la reelección para culminar la implantación de la nueva oficina judicial. Un reto que también anhela su rival. González-Guija parte como favorito, aunque el resultado dependerá de la participación, a la que están llamados cerca de cuarenta jueces. La primera votación será a las 13.45. Si ningún candidato logra tres quintos de los votos, bastará con la mayoría simple un cuarto de hora después.