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La izquierda gobernará todas las regiones francesas menos Alsacia

Severa derrota del partido de Nicolas Sarkozy a dos años de las presidenciales

Antonio Jiménez Barca

La izquierda francesa, que acudía ayer unida y envuelta en una ola de optimismo a la segunda vuelta de las elecciones regionales, confirmó el triunfo apuntado en la primera ronda y se alza con una victoria indiscutida. Según varios sondeos, el Partido Socialista francés (PS), Europa Ecología y el Frente de Izquierda consiguieron entre el 52% y el 54% de los votos y el centro-derecha de Sarkozy se conformó con una horquilla que se movía entre el 36% y el 37%. De las 22 regiones en liza, la izquierda gobernará en todas menos en Alsacia. El Frente Nacional, la formación de extrema derecha de Jean-Marie Le Pen que parecía moribunda hace meses y en vías de extinción, reafirma también su recuperación alcanzando un sorprendente 17% de media en las 12 regiones en las que se presentaba. La participación fue muy baja, en torno al 51%, aunque casi cuatro puntos por encima de la primera vuelta.

Ségolène Royal gana en Poitou y cobra fuerza como cabeza de lista socialista
El Frente Nacional de Le Pen alcanza un sorprendente 17% donde se presentó

Media hora después de que se cerraran las urnas, el primer ministro, François Fillon compareció ciertamente cariacontecido para certificar "la decepción" de su grupo político. "No hemos sabido convencer. Asumo mi parte de responsabilidad y así se lo diré al presidente de la República mañana [por hoy]". Después, el primer ministro francés, que en los últimos días ha participado mucho en la campaña para tratar de animar a un electorado poco motivado, recordó la virulencia de la crisis económica mundial en un intento de justificar el descontento de los franceses con el Gobierno. "Los franceses están inquietos porque temen perder su modo de vida. Y es verdad que está amenazado. Las reformas que hemos emprendido son necesarias para poderlo financiar". Fillon se refiere, entre otras, a la impopular reforma de las pensiones, que Sarkozy abordará en otoño.

Poco después compareció la primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry. Satisfecha, pero no exultante ni triunfalista. Hizo pública la victoria de la izquierda y acto seguido anunció que será una victoria "responsable". Y añadió: "Los franceses han rechazado la política injusta de Sarkozy, que ha hecho regalos fiscales a los que más tienen, que ha protegido a los bancos y a los banqueros pero que está poniendo en peligro la sanidad y la educación públicas". Después concluyó: "Hemos de reconquistar plenamente la confianza de los franceses".

Ésta es la última elección antes de las presidenciales de 2012, en las que Sarkozy se jugará el cargo. La izquierda, de este modo, se coloca en una posición aceptable para el asalto del Elíseo. No será fácil. Ya en 2004 ganó las elecciones regionales con claridad y luego perdió las presidenciales en 2007, al derrotar Nicolas Sarkozy a Ségolène Royal. Daniel Cohn-Bendit, eurodiputado, líder del Mayo del 68 y dirigente de Europa Ecología lo recordó ayer y añadió que la izquierda francesa debe ya empezar a trabajar en un proyecto victorioso de cara a esa crucial cita electoral.

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Para eso, primeramente, el Partido Socialista francés (PS) deberá elegir un líder en un proceso de primarias que se antoja tormentoso. Tras la victoria de hoy, la primera secretaria, Martine Aubry, ha mostrado que le sobra legitimidad para presentarse como candidata. También su oponente en el último congreso socialista, Ségolène Royal, ex candidata presidencial y reelegida ayer presidenta de la región de Poitou-Charentes con un resultado apabullante: 61,1% de los votos contra 38,9% del centro-derecha. De este modo, Royal también se postula para convertirse, en 2012, nuevamente, en la cabeza de lista socialista contra Sarkozy. Ayer fue uno de los primeros líderes políticos en comparecer públicamente. Y no olvidó leer los resultados en clave nacional. Aseguró que se deben traducir como una clara derrota de Sarkozy.

Mientras los dirigentes del centro-derecha desfilaban en radios y televisiones con caras largas, hablando de decepción y de derrota, la cabeza de lista del Frente Nacional en Nord-Pas-de-Calais, Marine Le Pen, hija del presidente del partido ultraderechista, Jean-Marie Le Pen, y, casi con toda seguridad, su heredera a la cabeza de la formación cuando éste se jubile en 2011, aparecía sonriente y emocionada a dar su versión: "Hemos obtenido una victoria incontestable. Hemos mejorado los resultados de la primera vuelta, lo que nos ocurría desde hacía tiempo".

Ahora, falta saber qué hará Sarkozy, que hoy se reúne con su plana mayor en el Palacio del Elíseo para estudiar los resultados, con una derrota tan clara encima de la mesa.

La socialista Ségolène Royal, presidenta de la región de Poitou-Charentes, saluda a sus partidarios en Poitiers.
La socialista Ségolène Royal, presidenta de la región de Poitou-Charentes, saluda a sus partidarios en Poitiers.REUTERS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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