Los héroes de Bremen echan el resto

Los héroes de Bremen (César, Silva, Mata y Villa) repitieron ayer en Mestalla. Aparecieron en los momentos culminantes de un partido que parecía que se le escapaba al Valencia, fatigado por su colosal esfuerzo el jueves en Alemania frente al Werder (4-4). Villa se resbalaba con el balón. Silva estaba ausente. Y a Mata le faltaba la chispa que siempre le acompaña. El Almería, con los ataques fulminantes de Piatti, se disponía a recoger la cosecha madurada en la primera parte. Mestalla, impaciente, amagaba con abuchear a Silva, que se dilataba con el balón, sin frescura para repartirlo desde la frontal del área. Hasta que se le encendió la lámpara. Pese a la presión de la grada, el Mago de Arguineguín esperó y esperó hasta que encontró el desmarque en diagonal de Mata, que paró con la izquierda y remató raudo con la derecha. El séptimo gol de Mata en la Liga, el único que le sigue la pista al goleador Villa (17).

Jugada de precisión y de alta escuela que le rompió todos los esquemas al Almería. Y le dio al Valencia la energía necesaria para acabar el choque. Celoso Villa, entró en seguida en ebullición y, desde el pico derecho del área, envió otro magnífico servicio a Silva. El grancanario quiso dejarla pasar pero se resbaló y, ya desde el suelo, decidió rematar. Ya que estaba allí, ¿por qué no remacharlo al fondo de la red? De nuevo, Silva, Mata y Villa se habían reunido para abrir en canal a la defensa de turno. De nuevo el portero César estuvo espléndido al evitar con el cuerpo arrodillado y en cruz, al estilo argentino, el remate a bocajarro de Piatti, lo que hubiese supuesto el empate. Emery había arriesgado con un cambio en el descanso: entró Jordi Alba de lateral izquierdo por el joven Lillo, amonestado. Y en la primera carrera, Piatti ganó la espalda de Alba. Esa avería la resolvió César. Y Jordi Alba fue de menos a más hasta acabar pletórico.

Al Almería, que sólo había perdido un partido de 11 con Lillo, le faltó decisión. Dudó si le convenía o no el empate. Y lo basó todo primero en las paradas de Diego Alves y, más tarde, en las llegadas de Piatti por la banda. Notó demasiado la baja de Crusat. Pero la sorpresa fue, sin duda, la brillantez de Manuel Fernandes, mediocentro portugués, ayer en la función de central. Fustigado en las últimas semanas por su falta de intensidad, Fernandes fue aplaudido ayer por Mestalla. El público le reconoció su contundente marcaje primero a Goitom y después a Uche, además de la aseada salida que le dio al balón. A ver si, por pura casualidad, Emery le ha encontrado una ubicación más apropiada a sus condiciones. Como mediocentro, no funciona.