Rap en la casa natal de Cervantes

Parece un aula más. Está perfectamente delimitado el espacio para el profesor, con un panel para escribir. Frente a él, las sillas de los alumnos, alineados en filas de seis frente a una carpeta llena de folios en blanco. Visto el público -adolescentes con camisetas anchas, pantalones inmensos y alguna que otra gorra ladeada-, la tarea parece dura. Hora y media de historia, poesía, alusiones a Miguel de Cervantes y tarea obligada para el día siguiente. A primera vista, nadie apostaría porque una cita así fuera un éxito. Pero tiene truco.

El aula no es tal. Es una de las salas del Museo Casa Natal de Cervantes, en Alcalá de Henares. Los alumnos no están en clase. Vienen porque quieren. Y el profesor -que lleva la camisa y el pantalón mucho más anchos que todos los que hay en la habitación- no es un maestro al uso. Para ellos es un ídolo y lo escuchan casi sin pestañear. "Hemos venido a verte a ti", le confiesan al empezar. Su cara aparece en la revista que lleva uno de los chicos: Hip Hop Nation.

No es un maestro al uso, es su ídolo, y lo escuchan casi sin pestañear

El conferenciante (y el de la portada) es Domingo Edjang, más conocido como el rapero El Chojin, de 32 años. "Os voy a explicar cómo escribo yo", les adelanta el artista, de Torrejón de Ardoz. El Chojin, y sus 12 alumnos entusiastas, protagonizaron ayer la primera sesión de una de las actividades previstas para festejar el Día de la Poesía.

La primera lección es un recorrido por la historia del movimiento cultural y reivindicativo hip hop. El Chojin arranca con la segregación racial en Estados Unidos y el episodio revolucionario de Rosa Parks, la mujer negra que se negó a levantarse de un asiento del autobús reservado para blancos. "Ella hizo el primer acto de hip hop de la historia", asegura. Habla de negros, de vagones de metro llenos de graffitis, del barrio neoyorquino del Bronx, del presidente Barack Obama ("nos ha quitado la frase del Yes, we can, es un mensaje muy nuestro") y de la llegada del rap a España allá por el año 1994, cuando la mayoría de su público de hoy aún no había nacido.

Con su camiseta color rojo eléctrico e intercalando expresiones como "es un tema guapísimo" o "los rapers somos chulos", transmite mensajes de auténtico profesor de literatura sin cosechar un solo bostezo entre su auditorio. A saber: "Os recomiendo que leáis, porque nosotros usamos la palabra y la palabra, inevitablemente, está en los libros".

"¿Qué es rapear?", pregunta. Uno de los alumnos, Pablo, desde una esquina, sugiere que es "dar un mensaje distinto". Y Jorge, que está sentado en la segunda fila, lo define como "contar algo mientras vas rimando las palabras". Bien. La rima ya está centrada. Y llega la frase más difícil: "Las palabras riman cuando después de un golpe de voz las vocales coinciden y están puestas en el mismo orden". La repitió dos veces. Pero funcionó.

Tanto, que los chicos encontraron dos palabras que riman con megapíxeles: títeres y víveres. Pablo, con sudadera de rayas, le confesó que es capaz de escribir un rap en sólo 15 minutos. Esta tarde encajarán las rimas dentro de la música. Y, aunque ellos no lo saben todavía, en sus versos inconformistas incluirán la esencia de El Quijote. A través del rap. Porque hay que leer a Cervantes. "Cervantes mola", dice el falso profesor. El Chojin se la ha vuelto a colar.