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Reportaje:

Debate abierto sobre el Superior

Ayala, Ibarra y Tapia plantean tres discursos de distinto perfil para presentar en público sus proyectos - El Poder Judicial duda sobre la fecha de elección

Prueba superada. Los tres candidatos a la presidencia del Tribunal Superior vasco cumplieron ayer con el requisito de presentar en público sus proyectos ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La comparecencia hubiese desnivelado la balanza de opciones de no ser porque los vocales del Consejo se encargaron de rebajar su importancia afirmando que "sólo se trata de una prueba más" en el proceso. Ya no parece tan decisiva como anunciaron en un primer momento. Lejos de sacar conclusiones, los consejeros se limitaron a reconocer que la terna aprobó el examen y que todos ellos mantienen sus opciones al sillón. En otras palabras, dejaron la puerta abierta a las habituales negociaciones de última hora en busca de consenso.

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Ni siquiera concretaron la fecha del nombramiento, previsto inicialmente para el próximo miércoles. Argumentan que los plazos se hallan muy ajustados y que, si no da tiempo, habrá que dejarlo para el pleno del próximo mes. Insisten, eso sí, en que habrá acuerdo en torno a alguna de las figuras. "Si no somos capaces de alcanzarlo será por nuestra propia culpa, ya que los pretendientes han mostrado sobradamente su valía", reconocieron los vocales. Un tercer proceso baldío sobre el alto tribunal vasco supondría un duro revés para un Poder Judicial que bastantes acusaciones de cambalache entre sus corrientes ideológicas soporta ya. A buen seguro, la decisión se adoptará el martes.

La de ayer en Madrid suùso una jornada histórica en la que Juan Mateo Ayala (Valladolid, 1960), Juan Luis Ibarra (Sopelana, 1948) y Jaime Tapia (Bilbao, 1965), recurrieron a discursos de distinto perfil como apuesta. Al primero le pesó la responsabilidad de estrenar el examen público y, aunque convincente, no ofreció una imagen de seguridad sobre su proyecto. Una percepción contraria a la que se puede extraer del segundo, su gran rival, quien recurrió a su experiencia para manejar el tiempo y las respuestas a las preguntas de los vocales del órgano de gobierno de los jueces. Tapia quedó a medio camino, con un discurso muy concreto, pero distante.

Casi una veintena de medios informativos siguieron en directo las comparecencias. Hasta once vocales del Poder Judicial asistieron a la reunión de la Comisión de Calificación. La mayoría realizó preguntas a los candidatos. Eran conscientes de lo que se jugaban. Al final, satisfacción sobre la organización de la entrevista pública y la transparencia que puede aportar al proceso, pero incertidumbre sobre un posible desacuerdo o las consecuencias de un nombramiento difícil de argumentar.

JUAN MATEO AYALA El discurso más técnico

No tuvo su día. Afrontó nervioso su condición de precursor y ello se tradujo en ciertas incertidumbres que oscurecieron su discurso, una ordenada y técnica exposición que se ajustó a la media hora prevista. El director del Centro de Documentación Judicial enumeró al inicio sus méritos, entre los que destacó el desarrollo de proyectos tecnológicos y su especialización como magistrado en el área de lo Penal, una sala del Superior que corresponde a su presidente.

Tras realizar un breve diagnóstico de la Justicia en Euskadi, en el que hizo referencia a la antigüedad de un modelo "desfasado", abogó por su "inaplazable" modernización para corregir las carencias, objetivo ante el que perfiló la necesaria colaboración con el resto de las instituciones oficiales. Defendió la independencia del Poder Judicial respecto del político, aunque exigió la desconcentración de algunas de sus competencias. Además, apostó por la seguridad ante la amenaza de "la ETA".

Expresiones al margen, su verdadero patinazo llegó en el turno de preguntas. El vocal José Manuel Gómez Benítez le amargó la jornada al consultarle sobre la responsabilidad de los magistrados en la supuesta crisis de la Justicia y al pedirle datos detallados sobre la misma. Las preguntas quedaron sin una respuesta concreta.

JUAN LUIS IBARRA La experiencia es un grado

Ganador a los puntos. Ni siquiera necesitó la media hora de la que disponía para resumir su programa, que además era el más completo. Seguro en la exposición, recurrió a ciertas dosis de sentimentalismo para acercar sus palabras a los no versados en Justicia. No estuvo brillante, pero logró su objetivo.

El presidente de la sala de lo Contencioso-Administrativo del tribunal vasco dibujó el Superior como garante de la división de poderes, abogó por la modernización judicial, por el refuerzo de los programas de seguridad personal de los jueces frente al terrorismo, por una mayor transparencia y el cuidado del Derecho Foral.

Fue el más cuestionado por el Consejo. Hasta siete vocales le presionaron con sus preguntas. Salió airoso y, aunque abogó por la colaboración con la política, dejó un recado al recordar la presión "ilícita" que a su juicio se ejerció con las manifestaciones convocadas por el PNV ante el Palacio de Justicia de Bilbao durante el caso Ibarretxe.

JAIME TAPIA Méritos sobre programa

Dedicó casi la mitad de su discurso a repasar sus méritos como candidato, entre los que destacó su condición de euskaldun, el conocimiento del Derecho Foral y su trayectoria de más de dos décadas en las jurisdicciones Civil y Penal, que citó como méritos "preferentes" para optar a presidir el Superior.

Planificó mal el tiempo y expuso de forma desequilibrada su programa, que era el más concreto. Aún así, lo hizo con un lenguaje ágil y le dio tiempo a proponer medidas como el impulso de la página web del alto tribunal vasco o la puesta en marcha de un blog para sus magistrados. Al igual que sus compañeros, dedicó el eje de su discurso a la modernización judicial y al fortalecimiento de las relaciones institucionales.

Las preguntas que recibió fueron las menos malintencionadas, quizá por que sus opciones son menores por su condición de afiliado a Jueces para la Democracia, y por sus dos frustrados procesos anteriores.

De izquierda a derecha, Juan Luis Ibarra, Juan Mateo Ayala y Jaime Tapia, ayer en la sede del CGPJ en Madrid.
De izquierda a derecha, Juan Luis Ibarra, Juan Mateo Ayala y Jaime Tapia, ayer en la sede del CGPJ en Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ

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