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Revuelta en Carral contra una estación eléctrica junto a un centenar de casas

La Xunta da luz verde a la instalación, que depende ahora del permiso municipal

Un año llevan ya vecinos de Carral (A Coruña) batallando contra la instalación cerca de sus casas de una subestación eléctrica. Y están dispuestos a ir hasta los tribunales si el Ayuntamiento, que tiene la última palabra, concede licencia municipal a un proyecto que cuenta con luz verde de distintas consellerías de la Xunta. El alcalde, José Luis Fernández Mouriño (PP), ordenó a los servicios municipales estudiar todos los informes para determinar "si existe algún argumento al que acogerse para rechazar" la instalación en una zona rústica de la parroquia de Paleo, en el lugar de A Meira. El ayuntamiento tiene un mes para decidir si presentar un recurso contra el proyecto de Gas Natural-Unión Fenosa o autorizarlo.

"Hipotecan el desarrollo de la zona y el futuro de los vecinos"
Los afectados temen que las ondas electromagnéticas dañen su salud

"No sabemos si lo dice por quedar bien con nosotros, no nos fiamos", replican los vecinos que volverán a manifestarse el próximo viernes. Un centenar de casas están afectadas por la proximidad de una instalación que emitirá ondas electromagnéticas. "Nadie sabe a ciencia cierta cuál es el efecto sobre la salud y hay que aplicar el principio de precaución que rige en la Unión Europea: ante la duda se deben evitar zonas pobladas", explica la plataforma vecinal.

No ha obtenido respuesta a las 1.500 alegaciones presentadas en abril de 2009. "El alcalde y Unión Fenosa están decididos a poner la subestación en un lugar de gran belleza, a 20 metros de la casa más próxima, hipotecando el futuro de los vecinos y el desarrollo de la zona", aseguran los residentes.

El último organismo en dar su visto bueno fue esta semana la Secretaría de Ordenación do Territorio e Urbanismo, que en un principio no estaba muy por la labor de autorizar esta instalación en suelo rústico. Al final la Consellería de Medio Ambiente resolvió el dilema imponiendo a la eléctrica modificaciones para adaptarse a la zona rural y rodear la futura caseta de pantallas vegetales y árboles para reducir su impacto.

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La futura subestación ocupará menos del 5% de los 5.183 metros cuadrados de la parcela adquirida por Unión Fenosa, que se comprometió a mantener el estado natural del 60% de la finca. El edificio que albergará la instalación será de planta baja, con una altura máxima de 6,1 metros. Pero para los vecinos es insuficiente. "Parecen proteger más los árboles y los intereses de Fenosa que los de las personas", se queja la plataforma al lamentar que aún no hay una ley que imponga a este tipo de instalaciones una distancia mínima de las casas.

Cayeron en saco roto todas las alternativas que plantearon, como construir la subestación en el cercano polígono o en el monte Xalo, donde el alcalde proyecta crear un parque eólico. "Si es necesaria que la construyan pero no cerca de nuestras casas, tememos por nuestra salud", insisten los vecinos. La última palabra la tiene ahora el alcalde y su equipo de gobierno.

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