"El niño no respondía, pensé que iba a morir"
Se eleva a seis el número de bebés intoxicados en una guardería de Vigo
"En Urgencias nos dijeron que el niño estaba muy mal, no respondía a ningún estímulo. Pensamos que iba a morir", relató el padre del bebé que fue dado de alta ayer en el Hospital Xeral de Vigo tras sufrir una intoxicación por tranquilizantes en la guardería A Camelia de la ciudad, según la hipótesis más probable. Los bebés afectados fueron seis "al menos", según el juzgado que investiga el caso, que confirma que todos se encuentran ya fuera de peligro, por lo que "encaminará su trabajo a depurar responsabilidades". Una cuidadora contratada recientemente por la guardería se ha convertido en la principal sospechosa, aunque no se ha practicado ninguna detención.
El último bebé hospitalizado, de siete meses, fue dado de alta ayer por la mañana. Su padre relató a Radio Vigo, de la Cadena SER, las horas de angustia que pasó con su mujer desde la tarde del viernes, cuando la madre fue a recogerlo a la guardería y le llamó por teléfono al trabajo porque veía al niño "como un poco raro".
"Fui para allá y al llegar vimos que el niño tenía mala cara, como si estuviera ido o drogado, como si tuviera mucho sueño,mucho sueño", cuenta el padre. "Hacía cosas muy raras, moviendo la boca, y entonces decidimos llevarlo a Urgencias". El diagnóstico del primer examen no fue de paños calientes. "Le pusieron en una camilla y los brazos y las piernas no respondían, no respondían a ningún estímulo, tenía la boca medio abierta, la pediatra movía la cabeza... Nos dijeron que estaba muy malito, pensamos que iba a morir".
A la madre la sacaron de la zona de cortinas, presa de la ansiedad, y entró el padre. La pediatra preguntó si el bebé había tomado algo, él llamó a la guardería y le dijeron que no, "que había estado durmiendo toda la tarde. Pero eso ya es muy raro, les dije, porque el niño como mucho duerme media hora, ¿cómo no nos llamásteis?". La dinámica hospitalaria se aceleró: al bebé le hicieron un TAC, una punción lumbar y otras pruebas, hasta que al final detectaron que tenía restos de antidepresivos en sangre. "Se supone que se le dio algo en la guardería", concluye el padre en su relato.
A las 00.30 horas les llamaron del hospital preguntando cuál era la guardería del bebé. Había entrado otro pequeño con los mismos síntomas, y después otros cuatro. Desde el hospital se alertó al juzgado de guardia, cuya titular, según un comunicado, encaminó sus primeras medidas "a salvaguardar la seguridad de los menores", por lo que ordenó "de forma cautelar" cerrar dos aulas, aunque el centro puntualizó que se trata de una sola dividida en dos áreas. La dirección de la guardería ha colaborado de manera activa con la autoridad administrativa y policial y "el juzgado entiende que en estos momentos el peligro está totalmente controlado".
Hasta el momento, la juez no ha tomado declaración a nadie y tampoco hay nadie imputado, mientras se esperan los resultados de los análisis del Instituto Nacional de Toxicología. Las primeras hipótesis apuntan que a los bebés se les administró benzodiacepina, un fármaco con efectos sedantes. La dirección de la guardería señaló la posible responsabilidad de una cuidadora contratada recientemente, aunque con experiencia en otros centros, pero fuentes policiales confirmaron que la juez que lleva el caso no había ordenado ninguna detención.
CC OO defendió ayer la "profesionalidad" de los trabajadores del sector y, en particular, de las empleadas de la guardería implicada, algunas de las cuales llevan más de 18 años en ella. A Camelia, según el sindicato, es uno de los centros privados que ha hecho bandera "de la profesionalidad de sus trabajadores" desde "hace muchos años". El sindicato tranquilizó a los usuarios de las escuelas infantiles porque atienden a los niños como "las mismas madres", aunque los salarios de su personal sean bastante limitados.
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