Henry pone en funcionamiento a Messi
El Barcelona fulmina al Valencia con tres goles del argentino, enchufado tras la entrada del francés
El juego del Barça admite discusión, sobre todo si se le compara con el de la temporada pasada, y posiblemente también se puede cuestionar la nómina de su plantel y de manera especial el cambio de Eto'o por Ibrahimovic. Nunca ha habido duda alguna en cambio sobre el liderazgo de Messi. La Pulga es el hilo conductor de la historia del equipo de Guardiola. Ni en las peores épocas han faltado los goles de La Pulga, que ya suma 22 en la Liga, 29 en total. Un triplete del argentino, tan virtuoso como infalible, acabó con un monólogo excelente del Valencia, un señor equipo hasta que acabó derrengado por las lesiones, desvencijado por las tarjetas, abatido por el gatillo de Messi y las piernas de Henry.
BARCELONA 3 - VALENCIA 0
Barcelona: Valdés; Alves, Milito, Piqué, Maxwell; Xavi, Busquets, Iniesta (Jeffren, m. 85); Messi (Touré, m. 88), Bojan (Henry, m. 46) y Pedro. No utilizados: Pinto; Márquez, Chigrinski y Muniesa.
Valencia: César; Miguel, Maduro, Dealbert, Bruno (Baraja, m. 76); Ever Banega, Albelda (Fernandes, m. 43); Pablo, Silva, Jordi Alba; y Chori Domínguez (Zigic, m. 64). No utilizados: Moyà; Mata, Joaquín y Joel.
Goles: 1-0. M. 55. Messi quiebra a Banega, supera a Bruno, recorta a Dealbert y cruza al palo izquierdo de César. 2-0. M. 81. Henry cambia para Messi, quien cruza al palo derecho de César después de superar a Pablo y Dealbert. 3-0. M. 82. Messi resuelve con un toque sutil con la derecha un pase de Henry.
Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó por doble amonestación a Maduro (m. 68). Amonestó a Banega, Dealbert y Bruno.
87.600 espectadores en el Camp Nou.
Valdés, en un mano a mano con Zigic, acabó con las opciones visitantes
A Henry le va el Valencia tan bien como a Villa el Barça. Ausente el asturiano, el francés volvió a ser decisivo en el Camp Nou. Aunque no marcó, la portería de César está hecha a la medida de Tití, incluso cuando el francés no pasa por un buen momento de forma. Henry puso en funcionamiento a Messi, genio y figura, capaz de marcar tres goles tan extraordinarios como diferentes. Abrió el marcador después de tomar la pelota en el vértice del área, quebrar a Ever, dejar pasar a Bruno, petrificar a Dealbert y apuntar al primer palo. El segundo lo metió tras un excelente control orientado y un tiro cruzado al palo derecho del portero. Y redondeó la cuenta con un toque sutil con la derecha.
A partir de Henry, el Barcelona encontró la manera de enfocar el área del Valencia después de media parte de extravío, perdido en su propia cancha. Ausentes Ibrahimovic, Henry y Keita, el frente de ataque azulgrana resultaba muy liviano con Pedro y Bojan, incluso frente a una zaga improvisada como la que tuvo que montar Unai Emery por la ausencia de sus titulares. La lectura de la alineación visitante reforzó inicialmente la sensación de que el técnico vasco pensaba más en Bremen que en el Camp Nou. Mata era suplente y Villa ni siquiera figuraba en el acta, motivo de sobra para suponer que el partido pintaba fácil para el Barcelona. Ocurrió todo lo contrario.
Jamás se había visto a los barcelonistas tanto rato por detrás de la pelota, siempre manejada por el Valencia, muy superior tácticamente, por encima de su rival tanto a nivel individual como colectivamente, amo y señor de la contienda. La función valencianista comenzó con un caño de Jordi Alba a Alves en el extremo derecho del ataque del Barça. El joven delantero catalán se ganó su banda con la misma facilidad que Pablo sacó del flanco izquierdo a Maxwell y el Chori Domínguez barrió el frente de ataque con la misma eficacia que en su visita con el Rubin Kazán. Jugó el Valencia tres cuartos de hora de fútbol sensacional en campo del Barça, desconocido incluso para su hinchada.
Valdés vivió la peor jornada en mucho tiempo. Las llegadas y los remates del Valencia se sucedían con una frecuencia desacostumbrada. No había noticias de la línea media del Barça, desconectada por la presión del plantel de Emery, dueño de la zona técnica por la sanción a Guardiola. No les quedó más remedio a los azulgrana que achicar agua desde su cancha ante el juego esmerado y organizado del Valencia, falto sólo del punto y final que únicamente tienen pichichis como Villa. Iniesta y Xavi no entraban en juego, Busquets no mezclaba con nadie y Messi se quedó aislado en el área del Valencia, un equipo ayer mejor pensado y más organizado que el azulgrana.
El dominio escénico y del partido ejercido por el Valencia fue por momentos superior al que ya ejerció en Mestalla. Al Barça le pesaban las piernas. No tenía velocidad ni agresividad ni tiraba la línea de pase. Perdía el balón a menudo frente al buen juego de posición del contrario y ante la imposibilidad de buscar al poste del sancionado Ibrahimovic. La rueda de cambios varió el signo del partido porque Emery perdió por lesión a Albelda y Guardiola ganó a Henry por Bojan. Espabilaron los azulgrana con Henry de nueve. El francés le dio profundidad al Barça, la mejor manera de combatir a la defensa adelantada del Valencia.
La velocidad de Henry generó los espacios suficientes para el ataque barcelonista. Mejoró el Barça con y sin el balón, aumentó la intensidad de su juego y apareció la figura de Messi. El encuentro se convirtió en un ataque y gol barcelonista por los movimientos de Henry, el intervencionismo de Messi y la reaparición de Xavi. El volante empezó a tirar la línea de pase por los flancos y desde la banda derecha el Barcelona puso un buen carrusel de centros. Al Valencia no le quedó más remedio que ceder metros y conceder faltas y tarjetas hasta perder por expulsión a Maduro. La fiabilidad de Valdés acabó, por lo demás, con las aspiraciones forasteras cuando le ganó un mano a mano a Zigic. El Valencia no supo acabar ni corregir el partido cuando lo tuvo de su parte y acabó condenado a pies de Messi. La Pulga no perdonó una en una jornada de rehabilitación barcelonista y honró más que nadie el estreno de la zamarra de campeón del mundo.
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