Un espacio para trabajar, mostrar y enseñar

A pocos metros de la plaza de Alonso Martínez, en Madrid, un pasillo separa dos mundos. Afuera queda el infierno de las taladradoras que han cambiado la fisonomía de la plaza de Santa Bárbara. Dentro, alrededor de un patio interior convertido en jardín urbano, no llega ni un solo ruido al estudio del fotógrafo Pasquale Caprile. Buena parte del espacio lo ocupa el set que usa para sus trabajos publicitarios. Y, por supuesto, las cajas que guardan los miles de negativos y contactos de su archivo, que va poco a poco digitalizando. Dos ayudantes trabajan con Caprile: uno se dedica a la gestión de la obra; el otro, a controlar el archivo. Pero el estudio de Caprile es también una galería en la que exhibe sus fotografías "de autor". "Es una obra más libre que suple los huecos que me deja el trabajo publicitario, que es más rígido. También me sirve para hacer investigación y experimentar y aplicar luego esos hallazgos a la fotografía comercial". Caprile está empeñado en que el público tenga acceso a la fotografía artística y por eso ha puesto en marcha una galería virtual en la que se puede adquirir obra suya y de otros autores como Ouka Leele, Luis Baylón, Alfonso Zubiaga, José Ramón Bas, Sara Janini, Pablo Pérez Mínguez, Rubén Morales, Luis Castelo o Lourdes Cabrera. Cada cierto tiempo organiza jornadas de puertas abiertas en el estudio. Caprile no es de los creadores inmersos en su mundo y que apenas sacan la cabeza al exterior para respirar. Necesita el contacto con la gente y lo ha encontrado por diversas vías. Sigue impartiendo clases una vez por semana en el estudio. Además, hace 15 años se convirtió -junto con su esposa Christina- en el embajador en España de la Lomografía, un movimiento (así se gustan llamar) que agrupa a los fans de una vieja cámara analógica soviética -la Lomo- que un grupo de incondicionales vieneses salvó de la desaparición en 1991 y extendió su pasión por todo el mundo. Con dos tiendas en Madrid y otra en Barcelona, los Caprile imparten talleres y hacen tours fotográficos con otros lomógrafos que a veces se prolongan todo un día. Por si no tuviera bastante con todo, este fotógrafo incansable decidió hace unos meses invitar, un jueves al mes, a otros fotógrafos, cineastas o creadores -"preferentemente que tengan que ver con el medio audiovisual"- interesados en presentar o promocionar sus proyectos. La iniciativa, que ha bautizado con el nombre Ven a ver..., se inspira en las sesiones que son habituales en los estudios de las artistas en Nueva York. Las fotógrafas Ana Nance y Lourdes Cabrera han sido las primeras en mostrar su obra bajo este formato.