Productividad parlamentaria

Decía el científico Albert Einstein que "dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera". Pero poco caso parecen hacer a esta sentencia nuestros representantes del Congreso de los Diputados, ya que, en la comparecencia de este martes, a las cuatro de la tarde, a la par que se debatía si los congresistas deben reducir sus ya largas vacaciones de diciembre y julio, no había en el hemiciclo más que 50 asientos ocupados. ¿Y los otros 300 parlamentarios?

En un momento de crisis financiera y de escasez de trabajo, y con la necesidad vital de que todo el mundo se esfuerce para demostrar algo más que la marketiniana frase del estilo de "esto lo arreglamos entre todos", la productividad de la Cámara baja debiera ser el modelo para la sociedad española.

Porque si los supuestos responsables de las decisiones no trabajan a destajo -como sí nos toca a muchos de los ciudadanos anónimos-, al final tendremos que dar la razón al filósofo griego Demócrito de Abdera cuando dijo: "Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa".

Por favor, señores y señoras diputados: a aplicarse, y a demostrar pro-duc-ti-vi-dad. Gracias.