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Columna
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Protégenos de nuestros gobernantes

Hace pocas semanas, un buen amigo mío, harto de estar harto me espetó: "Tío, esto es como para pedir un protectorado a la ONU". La divertida ocurrencia debió causarme el suficiente impacto para que, pocas semanas después, la sucesión de despropósitos y desmanes a los que asistimos día sí y otro también me hiciera recordar la sana ira de mi interlocutor. Pedir, lo que se dice pedir, un protectorado de la ONU no es obviamente más que una metáfora o, si ustedes lo prefieren, una parábola de corte evangélico.

¿Despropósitos? ¿Desmanes? Tan frecuentes y sonados, que hay exceso de oferta y cada vez tienen que alcanzar más altas cotas de miseria si quieren ser cotizados en el mercado de la ignominia. No caeré, por respeto al lector, en nada que se asemeje al memorial de greuges. Los impresentables insultos del impresentable Cotino, la permanente chapuza de El Cabanyal, la rehabilitación de Costa, el grosero oportunismo de elevar los bous al carrer a la categoría de "interés cultural"... Y, como colofón que supera todos los límites, la estúpida y bárbara (de bárbaros) censura de la exposición del Muvim de fotoperiodismo. Claro que gracias a la intelligentzia de Rus y su entorno hemos obtenido algunos beneficios colaterales: las fotos las ha visto un número impensable de ciudadanos urbi et orbi gracias a la censura, hemos saltado a la primera página de los periódicos y de nuevo (Gürtel ya abrió camino) estamos, por fin, en el mapa. Pero sobre todo, nos han devuelto la esperanza de que todavía queda dignidad, valentía e ilustración. Gracias, Roman, moltes gràcies.

Visto el panorama y ante el peligro para la salud pública que suponen nuestros avezados y democráticos gobernantes, me pregunto si , más allá de cuarentenas o protectorados, no sería ya hora de que la izquierda política diera de una vez por todas un puñetazo en la mesa y abandonara la función. Si el PP quiere seguir en sus trece, con olímpico desprecio a las más elementales normas democráticas, ¿qué sentido tiene mantener la ficción e ir de comparsa?¿por qué no se levantan sus señorías de izquierda de todas y cada una de las instituciones en las que ejercen -con mayor o menor acierto- de oposición?. Generalitat, diputaciones, Ayuntamientos..., pero también Canal 9, cajas de ahorro y representaciones varias. Lo siento por las dietas, pero creo sinceramente que un plante en toda regla tendría más ventajas que inconvenientes y devolvería a la ciudadanía la esperanza y la ilusión. Esperanza e ilusión que por ser tan escasas en el mercado se cotizan a precio de oro. ¿Decimos ¡basta! de una vez por todas, deshacemos el paripé y que se revuelquen ellos solos en su lodo? Es una amable sugerencia a quien proceda. Suyo afectísimo.

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