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Columna
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Sexta temporada

David Trueba

Tiene mérito que en su sexta temporada en antena el presidente Zapatero aún logre ser líder de audiencia. El lunes convocó a casi cuatro millones de españoles para una entrevista centrada en la crisis económica. Quizá por lo lóbrego del tema se eligió una sala de La Moncloa color blanco de hospital, de esos donde te mueres admirando las paredes recién pintadas. Rodeados de obras de arte y sentados en unas sillicas espartanas, los tres periodistas de TVE mantuvieron un tono esforzadamente serio. En algunos momentos, Pepa Bueno y Ana Blanco escuchaban con enorme tristeza, como si el presidente les contara un cuento de miedo. Juan Ramón Lucas puso el toque de frivolidad umbraliano con un foulard que quizá respondiera más a la afonía que a un deseo de darle a la charla un punto de travesura a lo Loco de la Colina. No hubo esos silencios míticos y, pese a ser la hora de las telecomedias, tampoco hubo humor. Experimentados casi todos los formatos de entrevista, incluido el de los ciudadanos con Tengo una pregunta para usted, faltaría por intentar un interrogatorio llevado por, pongamos por ejemplo, José Mota, Joaquín Reyes y Faemino.

A Zapatero le han salido canas, se le han marcado las rayas de la frente y abultado las ojeras. Lo normal con los balances económicos que debe de recibir cada mañana es que tuviera el pelo verde y necesitara oxígeno en bombona. Sin embargo, estuvo menos alambicado que en otras ocasiones, habló claro y directo, con pocas vacilaciones. No parece que las encuestas negativas le tengan amargado ni que los dos grandes frentes de oposición, la jerarquía católica y la jerarquía judicial, vayan a tener fácil la tarea de tirarle abajo. Durante la entrevista me dediqué a investigar entre el mobiliario y en el fondo de ojos del presidente la respuesta a la pregunta del millón: ¿va a ser éste su último mandato? Nada se le transparenta, quizá es pronto y la tarea bastante exigente como para andar pensando en sucesiones. Aún es el protagonista de la serie y por muy tenebrosas que se hayan puesto las tramas, la audiencia responde con fidelidad. No es poco en sexta temporada.

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