PSE y PNV marginan al PP con un pacto que politiza al máximo la Vital

Cuando la sociedad civil, partidos y asociaciones, apuestan por profesionalizar las cajas de ahorro y despolitizarlas progresivamente, el PSE y el PNV de Álava han pactado ir en dirección contraria. Un sofisticado acuerdo de cesión de apoyos entre los dos partidos que margina al PP para el próximo lustro, va a facilitar la entrada en la Asamblea de Caja Vital a políticos con una amplia y en algunos casos controvertida experiencia.

El acuerdo, fraguado a espaldas de la dirección de la Vital, que lo ha acogido con "abierta indignación", facilitará la entrada por parte del PNV a dos exconsejeros del anterior lehendakari, Juan José Ibarretxe, Javier Balza (Interior) y Ana Aguirre (Industria) junto al también ex consejero, pero de anteriores ejecutivos, Juan Ramón Guevara y al ideólogo del soberanismo y ex diputado general de Álava, Juan María Ollora, apartado de la primera línea política desde que lanzó el proceso independentista en el seno del PNV en la década de los noventa. Por el PSE de Álava entrarán el secretario general, Victor García Hidalgo, imputado en el caso Faisán, el chivatazo a un miembro de la red de extorsión de ETA desarticulada por el juez Grande-Marlaska, y el alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz. En principio, van a la asamblea de Vital, pero es condición indispensable pertenecer a ese órgano para acceder al destino final que se espera para alguno de ellos: el Consejo de Administración.

La inclusión de Hidalgo en la lista complica la crítica interna en el PSE

El PP sospecha que el PSE se garantiza el apoyo del PNV tras las elecciones

"No sólo no se superan los chiringuitos y los batzokis sino que los dos partidos crean uno en la Vital", criticó ayer Javier de Andrés, del PP, que será desalojado casi, con toda seguridad por Victor García Hidalgo. La inclusión de este último en la plancha socialista complica las críticas internas debido a que está siendo objeto de fuertes presiones mediáticas, vinculadas a su imputación judicial. El propio consejero de Interior, Rodolfo Ares, se refirió ayer a la "profesionalidad" de los integrantes de las listas, en clara referencia a su compañero de partido.

Para el PP se trata, sin embargo, "de un espectáculo inédito" en la historia de Caja Vital, que además va en contra de los propios designios de los impositores. En 2008, durante la renovación de sus 43 miembros ganó la plataforma que impulsaba el PP, Vital SI, con 15 miembros, seguida por la del PNV, que logró nueve. En tercer lugar quedó la del PSE, con seis, mientras que otros 13 fueron elegidos por diferentes asociaciones. De esos 43, los primeros 21 se incorporaron a la asamblea en marzo de 2008, y los 22 restantes lo hacen el próximo día 30. Junto a ellos estrenarán cargo otros 28 vocales, elegidos de entre las entidades fundadoras, ayuntamientos y de empleados. Curiosamente, en Llodio, el PNV, prestará sus votos a Carlos Urquijo, del PP, debido a su enfrentamiento con el PSE.

El pacto entre el PNV y los socialistas para Vital es el final de un proceso que comenzó mal a finales del pasado año cuando el secretario general de los socialistas alaveses, Txarli Prieto, abortó un principio de acuerdo entre la dirección de la Vital y el PP para sacar de los juzgados la demanda contra Gregorio Rojo. El proceso siguió adelante y la presidencia de Rojo fue cuestionada judicialmente.

"El mayor enemigo del cambio es Txarli Prieto", declaró ayer sensiblemente enfadado el portavoz popular, Javier de Andrés. El PP sospecha que la operación aflora una alianza más amplia entre nacionalistas y socialistas de lo que parece y que podría incluir en el paquete incluso a las instituciones alavesas, cuando falta poco más de un año para la celebración de las próximas elecciones municipales y forales. Es decir, el PNV, la tercera fuerza de Álava, apoyaría a Txarli Prieto en la Diputación si la aritmética lo permite, alejando la posibilidad de extender el acuerdo PSE-PP en la provincia.

El acuerdo de estabilidad para el Gobierno vasco no incorpora su extensión al resto de las instituciones. El problema es que Álava se está convirtiendo en el talón de Aquiles de ese acuerdo y las posiciones entre PP y PSE están cada vez más envenenadas. "Si se da ese apoyo tras las elecciones el PSE habrá tirado la toalla del cambio", advirtió De Andrés.