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Reportaje:

80 grupos buscan oportunidad

El Encontro Galego de Música Xove reúne en Santiago a 300 músicos que aspiran a sobrevivir en la industria musical

"Sois unos valientes, porque no sé si son horas para hablar de música". Son las 10 de la mañana del sábado, y la rapera viguesa Aid saluda a los 200 chavales que a esa hora abarrotan el Instituto Rosalía de Castro de Santiago. Atentos y respetuosos, asisten a la apertura del Encontro Galego de Música Xove, antes conocido como Nsaio Xeral. Todos estos músicos, la mayoría muy jóvenes, escuchan con interés las explicaciones del gerente del Xacobeo y del director de Xuventude y de paso rompen el mito del músico alérgico a madrugar. O posiblemente muchos de ellos todavía no hayan ido a la cama, a juzgar por las ojeras, los ojos enrojecidos, y el aroma a ahumado que algunos desprenden.

"En Galicia hay 1.000 grupos formados por chavales de menos de 30 años"
En otoño habrá otro encuentro en el sur, para bandas de aquí y portuguesas

Alrededor de 300 músicos acreditados asisten a la intensa jornada, en la que tratan de informarse sobre posibles conciertos, edición de discos o nuevas fórmulas de difusión. Por el claustro del Rosalía pululan chavales con pantalón de pitillo y flequillo emo, heavys con chupa de cuero y pelo largo ensortijado, o tipos con aire libertario, jersey de lana y palestina al cuello. En la entrada del recinto, el panel de indicaciones explica las actividades con los términos propios de la industria musical: showcase, masterclass o casting.

El casting es el centro del evento. Hay 80 grupos anotados. La conductora del acto, Aíd, desgrana por orden alfabético el nombre de las bandas que expondrán su trabajo. Los hay de todos los estilos y la audiencia se desternilla cuando pronuncia nombres como el de Chamito el Flaco, Mala Centella te Coma o Politoxicómanos. Subirán al estrado y en unos minutos mostrarán su música con videoclips o a través de su Myspace.

Entre los grupos que desfilan, hay bandas que llevan más de una década en la brecha, como los contundentes noieses Kertuller o los coruñeses Frank Psikiatra, "una banda que no hace reivindicaciones, no quiere lanzar ningún mensaje, y no tiene ningún plan", afirman. Otros son cantautores independientes que buscan discográfica, como Fátima Baña, que ya ha grabado su disco y, a tenor de lo expuesto, con calidad y buen gusto, o Emilio Román, que muestra grabaciones mucho más caseras. También están las entusiastas punkis Agoraphobia, de Boiro.

Cada grupo enseña lo que tiene o lo que ha hecho para la ocasión, desde vídeos en directo grabados en garitos lúgubres, hasta clips rodados con cámaras de fotos. La calidad muchas veces es baja, pero el entusiasmo que desbordan suple cualquier carencia técnica. Entre el público del casting hay desde músicos conocidos como Fran Pérez Narf hasta periodistas musicales como Salva Ronko del Maketón, programadores de algunos concellos, directores de festivales o representantes de empresas privadas.

Uno de los que siguen las presentaciones con atención es Carlos Domínguez, Piti, coordinador para España y Portugal de la marca de ropa Merc. "Decidimos enfocar nuestro marketing a la gente joven y estoy echando un ojo a ver si hay algo interesante", explica. Una de las estrategias de la marca que representa es fichar y vestir a nuevos grupos emergentes. Ya tienen acuerdos con los compostelanos Dirty Socks, o con grupos vigueses como Glassonion, Pacífico o Phantom Club, pero su intención es ampliar el número de bandas.

En paralelo al casting, en otras salas hay exposiciones de discos, zonas de pequeñas actuaciones o coloquios. En uno de ellos, la periodista María Yáñez, investigadora de las redes sociales, expone sus teorías ante un auditorio formado por músicos de grupos como Som do Galpom, Trasnos de Moscoso, Projecto Trepia o Royalties. Yáñez ofrece consejos sobre la difusión de la música: "Liberar la música para que la use quien quiera y eso expandirá las creaciones, pero no seáis pesados, porque ser pesado no significa ser más eficaz". Para Yáñez, impulsora del exitoso concurso Apologhit, "cada vez hay menos público de masas, a la gente le encanta descubrir sus propias referencias y presumir de ellas y el fan es ahora mucho más selectivo".

Llegar al público es uno de los grandes objetivos de este encuentro, como reconoce Alberto García, uno de los coordinadores del evento. "Hay un montón de grupos, pero déficit en la difusión y promoción. La intención es que el sector profesional, la Administración y los grupos hablen", explica este gestor cultural. Buen conocedor de lo que se cuece entre los nuevos grupos en Galicia, los datos que maneja García son apabullantes: "Sólo en la red Música ao Vivo hay 600 grupos, pero calculamos que en Galicia existen cerca de 1.000 grupos de menores de 30 años".

Sean amateurs o profesionales, todos buscan conciertos, información y apoyo. Dado el éxito del encuentro, la Dirección Xeral de Xuventude ya avanzó que en otoño habrá un nuevo encuentro en el sur, centrado en grupos gallegos y del norte de Portugal, y que varias bandas serán contratadas para actuaciones durante el verano.

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