La ausencia de Camps proyecta su sombra sobre la Romeria de les Canyes

El protagonismo de la amenaza de lluvia quedó ayer eclipsado por la ausencia del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en la Romeria de les Canyes de Castellón, con lo que se convirtió en el principal motivo de comentario y crítica. Hasta ayer, Camps había acudido a la cita más importante de la semana festera de los castelloneros todos los años de mandato, los últimos seis, igual que lo hicieron sus predecesores, José Luis Olivas y Eduardo Zaplana.

Pero ayer estaba en Brasil, o de vuelta de un viaje que el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla, quiso enarbolar como "muy importante", aunque, según precisó, de momento, sólo haya "sentado las bases de colaboración" con aquel país. De esa manera Rambla quiso justificar la ausencia del presidente de la Generalitat que en su última romería tuvo que oír aquel "trajes para todos", al poco de estallar el caso Gürtel.

Quien sí estuvo y aprovechó la ausencia del presidente de todos los valencianos fue el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, que interpretó la ausencia de Camps como un "gesto de desprecio a la ciudad de Castellón, a toda la provincia y a sus tradiciones". Alarte, además, mantuvo que Camps no estuvo "por la misma razón que no fue a Fitur, porque tiene miedo a los valencianos" y señaló que "a veces se puede elegir donde se puede estar y otras no" pero "no estar hoy aquí es no querer estar", manifestó.