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Orfebre en la sombra

Cómo ensombrecen las estrellas. Si hablamos, por ejemplo, de los exitosos The Raconteurs, sólo hay ojos para uno de sus cabecillas: Jack White, alma de mil grupos (The White Stripes, The Dead Weather) y músico de la década para la revista Mojo. Sin embargo, Brendan Benson (Royal Oak, Michigan, 1970), el otro líder, merece capítulo especial. No tanto por su contribución como guitarrista, cantante y compositor al atractivo mejunje de rock, folk, blues y psicodelia de la banda estadounidense, sino como maestro del pop. Un francotirador semioculto, que ahora presenta en España su cuarto disco, My old, familiar friend.

"Llevaba dos años deseando publicarlo, pero preferí esperar a que remitiera el auge del segundo álbum de The Raconteurs, las giras y demás", confiesa Benson desde su domicilio en Nashville. A su música le suelen perseguir varias etiquetas. La del retropop, por su amor por clásicos como The Beatles o The Kinks o, sobre todo, la del power pop, insuficiente ante el ancho muestrario del nuevo trabajo. Él prefiere no entrar al trapo: "Es una batalla perdida. Que lo llamen como quieran". No deja de ser curioso que Benson atempere en parte su energía guitarrera (y amplíe su paleta), justo cuando más domina las seis cuerdas. "Nunca me había interesado la guitarra solista, pero con The Raconteurs era necesario tocarla. Y no me disgustó". Capaz de encargarse él solo de todos los instrumentos, opta esta vez por grabar con banda. También con un productor de pedigrí y carácter como Gil Evans (Pixies, Foo Fighters, Patti Smith). "Perfecto para lo que necesitaba, no quería uno de esos que llegan y se ponen a preguntar. Algunos de los arreglos de cuerda son idea suya, pero di que son míos y así no quedo de tonto", bromea Benson. Su paisano y amigo Jack White vio en él al "único compositor en Detroit con ambición para la artesanía". Vivían entonces a tres bloques de distancia. Y Benson, el perfeccionista, se considera "un artesano pop abierto al riesgo, algo que resulta más fácil cuando se tocan varios palos".

Y esa gama va más allá cuando trabaja para otros. Por su obra individual, nadie diría que estamos ante un fan de uno de los mitos de Detroit: The Stooges. Benson cantó en un corte de The Weirdness (2007), el fiasco con el que retornó el grupo de Iggy Pop. Éste había requerido sus servicios por su "voz americana, dulce, limpia y sin esfuerzo". "Nunca supe muy bien qué es lo que quería decir Iggy, pero haber colaborado con ellos supone una de las cumbres de mi carrera", admite Benson. La pureza de su garganta resulta evidente. Y el sabor americano quizá provenga de sus continuos saltos: Nueva Orleans, California, Detroit y, desde hace tres años, Nashville. "Necesitaba un cambio, tras varias malas experiencias en Detroit, como el que entraran a robarme en casa".

En la meca del country también reside ahora Jack White. Allí produjo en 2004 el aclamado Van Lear Rose, toda una resurrección de Loretta Lynn. Benson participó en el disco de la gran dama vaquera como ingeniero. "Mi traslado no tuvo nada que ver con eso, aunque aquella estancia sí me sirvió como introducción a una ciudad en la que apenas había reparado durante mis giras". Y tras la repercusión de The Raconteurs, a Brendan Benson se le abre un panorama diferente: "Sí, pero no he sentido ninguna presión al abordar este disco. Dejé de tenerla hace años, sería una pérdida de tiempo". -

Brendan Benson actuará el 9 de marzo en Barcelona y el 10 en Madrid. My old, familiar friend está publicado por AT.

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