"La guerra del Pacífico fue un conflicto racista, llevado por el terror"
Lo que uno espera del creador de Tiburón, ET o Encuentros en la tercera fase es una infancia repleta de historias fantásticas o cuentos de los hermanos Grimm. "En mi casa las historias de la Segunda Guerra Mundial, seguro que algunas inventadas, otras vividas por mi padre, sustituyeron desde muy temprano cualquier cuento de hadas", se sincera Steven Spielberg. Ése fue el germen de Salvar al soldado Ryan, película que como confiesa Tom Hanks le transformó "como ser humano y como artista".
También fue el principio de una fructífera amistad entre Spielberg y Hanks que devino en relación profesional como productores de la serie Hermanos de sangre, primero, y ahora de Pacific, serie de 10 capítulos con la que regresan a la Segunda Guerra Mundial, pero en esta ocasión, durante las operaciones bélicas que se libraron en el Pacífico. Esta superproducción de más de 132 millones de euros se estrenará en Estados Unidos el próximo 14 de marzo en la cadena de cable HBO. A Canal + (Digital +) llegará un día después (22.45). Spielberg y Hank presentaron el proyecto el pasado miércoles en Los Ángeles.
'Pacific' llegará a Canal + un día después de su estreno en EE UU
"Nunca sentí la necesidad de dirigir la serie", señala el director de cine
Pregunta. ¿Por qué regresar a la Segunda Guerra Mundial?
Steven Spielberg. No tengo intención de educar ni de entrar en política. Pero tras la realización de Salvar al soldado Ryan, con todos los testimonios personales que recogimos de la Segunda Guerra Mundial, quisimos contar la historia del conflicto en su totalidad, primero en Europa algo que hicimos con Hermanos de sangre y ahora en el Pacífico como me pidieron los veteranos que lucharon en esa zona.
P. ¿Y por qué se decantan de nuevo por la televisión en lugar de por el cine?
S. S. Me gustan la televisión para contar algo así. No recuerdo cuál fue el último largometraje de 10 horas que no asustó a la audiencia [risas]. La serie es perfecta para abordar una historia sobre la que quieres ir en detalle, mostrar el tedio, el terror, el suspense. Estas cosas llevan tiempo y no es posible contarlas en dos horas y media.
T. H. Vivimos en la edad de oro de la televisión que comenzó con Los Sopranos, The wire, Damages [Daños y prejuicios] y Mad men. No tienen el éxito masivo que se conseguían antes pero los dramas que vemos en las cadenas de cable son lo mejor que hemos visto nunca. Aunque a la mayoría de los espectadores les interese más ver quién gana la maleta llena de dinero o cualquiera de esos concursos tan populares.
P. ¿Duele la falta de atención del espectador?
T. H. Pacific es un intento arriesgado. Pocos programas consiguen atrapar una gran audiencia durante tantas horas. Lo único que me viene a la mente es American idol. Y en nuestro caso, para bien o para mal, al igual que hicimos con Hermanos de sangre, el deseo es dejar un documento social de lo que allí pasó. No hablo de mensaje político. Pero debemos recordar que la guerra del Pacífico fue un conflicto racista y llevado por el terror. Ambos conceptos bastante conocidos ahora.
S. S. Con referencia al interés del público, los jóvenes tienen una capacidad de atención mayor que nunca. Sólo hay que ver la cantidad de tiempo que se pasan en Red. Las herramientas de comunicación están ahí, para informarse o para perder el tiempo. Si la serie genera conversación, si los internautas y la generación del cuarenta son capaces de estrechar lazos habremos cumplido nuestra misión.
P. ¿Cómo piensan que afectan estas herramientas de comunicación al cine?
S. S. Creo que el futuro no puede ser más prometedor. Mira lo que está pasando con el 3D. Es maravilloso. He visto Avatar cuatro veces y con Tintín será genial. Lo que no quiero ver es Casablanca en 3D, Lo que el viento se llevó o Ciudadano Kane. No quiero que vuelva a pasar lo que hizo Ted Turner cuando coloreó los clásicos.
T. H. Lo más importante es que, pase lo que pase, la mejor película seguirá estrenándose un viernes. Siempre nos gustará ir al cine. Pagaremos más por ver cosas geniales de una forma diferente. Pero pagaremos. Porque es así. Todos tenemos cocinas en casa pero seguimos saliendo y nos encanta probar un buen restaurante ¿no?
P ¿Nunca se plantearon una participación más activa en Pacific, como actor, director...?
S. S. Tom y yo quisimos organizar y desarrollar las historias que queríamos contar. Nunca sentí la necesidad de dirigir la serie o uno de estos episodios.
P. ¿Y la posibilidad de continuar su asociación como productores para retratar guerras como Vietnam o Irak?
S. S. Aunque soy más de la generación de la guerra del Vietnam y estuve a punto de participar en ese conflicto a mí me interesa la Segunda Guerra Mundial. Quizá alguien como Oliver Stone podría hacer una serie poderosa. Y sobre conflictos más actuales, todo depende de que encuentre algo que me convenza. Como En tierra hostil. Una historia que me encantó cuando vi la película de Katrhyn (Bigelow) y que a mi nunca se me ocurrió.
P. ¿De dónde viene la obsesión con las guerras?
T. H. Hay más gente en el Planeta que no quiere la guerra que gente que quiere desatar un conflicto. Mi fascinación desde Salvar al soldado Ryan es explorar la historia de las personas individuales que están ahí. Lo que cuentan son las historias.
S. S. Tenemos que tener cuidado y no dejar que las nuevas tecnologías, que todos los iPad y iPhones, Twitter o Skype nos hagan pensar diferente. Es cierto que facilitan nuestras vidas y aumentan las vías de comunicación pero toda la tecnología a nuestro alcance no nos va a acercar. De ahí mi preocupación por las historias que quiero contar. Porque creo que el mundo precisamente está falto de una mejor comunicación.
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