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Reportaje:

Pan para Senegal

Tres alcireños proyectan abrir 150 panaderías en el país africano

Pablo Ferri

"¿Tú sabes de dónde vienen los melones que Mercadona vende en enero? De Senegal". Francisco Borrull, de 36 años, enseña las palmas de las manos y separa los dedos. Levanta las cejas. "Senegal es el futuro", asegura. Este empresario alcireño y sus dos socios, Ramón García, 47 años, y Juan Íñigo, de 56, han visto el negocio en el país africano, donde quieren crear una red de 150 panaderías. Desarrollarán el negocio en tres fases. Primero en Dakar, la capital, donde viven alrededor de tres millones de personas. Allí pretenden montar las primeras 50. Después las ciudades más cercanas; otras 50. Luego, por fin, el país entero; 50 más, auguran.

Todo empezó en octubre de 2009. Francisco, que gestiona una empresa de fertilizantes, organizó un viaje a Senegal con varios empresarios y amigos, entre ellos Ramón y Juan, trabajadores del sector bancario. Allí se reunieron con la Oficina para el Empleo de los Jóvenes del Extrarradio (Ofejban en sus siglas en francés). ¿Qué tiene que ver un grupo de empresarios españoles con una agencia estatal senegalesa que promociona el empleo juvenil? Todo. El Gobierno de Senegal y Ofejban promueven la inversión extranjera en los ámbitos que al país le hacen falta: talleres mecánicos, de peluquería, redes de transporte, semillas... y despachos de pan.

Entre tiendas, panificadoras y trigales crearán 3.800 empleos

Ramón y Juan fueron a Senegal "a ver que había" y se dieron cuenta de que la oportunidad estaba en el pan. "Vimos una demanda insatisfecha de un producto que, además, carece de calidad". "Supimos de gente que no come pan todos los días o que puede tardar hasta tres horas en ir a buscarlo". Ninguno pensaba que pocas semanas después ya habrían creado Baobab Foods, la futura y primera gran red de boulangeries de Senegal. Menos aún que el primer ministro del país les acabaría recibiendo interesado en su apuesta, o que una cadena de televisión de ámbito nacional les daría tres minutos en su telediario de las ocho.

Senegal, con una superficie de 197.000 kilómetros cuadrados (por 505.990 de España) y 12.379.000 habitantes, ocupa uno de los últimos puestos del Índice de Desarrollo Humano de la ONU. "Me impactó", recuerda Ramón, "la intensidad con la que los niños pedían dinero por la calle. No es como aquí, allí te cogen del brazo, te cogen fuerte... ¡Es que de verdad lo necesitan!".

La baguete es el pan de Senegal por su pasado de colonia francesa. "Hay cultura de comerlo, como en Francia o España", explica Francisco. La versión senegalesa del pan galo, sin embargo, quizá diste mucho del original. "Los hornos son antiguos", sigue Francisco, "hay cortes de luz cada dos por tres y el pan acaba menos cocido. Y luego está el transporte y la higiene. No es extraño ver que envuelvan el pan con un papel que cogen del suelo, o que la distribución se haga en carros tirados por caballos. Luego le quitan el polvo con la mano y al buche".

Pero todo esto lo quieren cambiar estos tres emprendedores. Además de las 150 panaderías, pretenden producir su propio trigo. Dicen que van a aprovechar la revolución agraria que lanzó el presidente Wade en 2008, la Ley Goana (para perseguir la soberanía alimentaria y el desarrollo económico y social del país) y comprar campos para sembrarlos de trigo. Dicen que entre el cultivo, las panificadoras que construirán para elaborar el pan, los puntos de venta, la distribución y demás crearán más de 3.800 empleos. Aún más, han hablado con el cónsul de Senegal en Valencia para estudiar la posibilidad de que uno de cada tres de sus trabajadores sea repatriado de España. Dicen que será "como cuando la Ford llegó a Valencia".

Juan Manuel, Benjamín Fabra, Francisco Borrull y Juan Íñigo, en el aeropuerto de Valencia antes de partir a Senegal.
Juan Manuel, Benjamín Fabra, Francisco Borrull y Juan Íñigo, en el aeropuerto de Valencia antes de partir a Senegal.MÒNICA TORRES

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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