Camps se aísla en plena crisis económica
El presidente rechaza la oferta socialista de pacto, les retira el saludo y critica a TVELuna: "¿Dónde estaba su autoestima cuando se reunía con 'El Bigotes'?"
Las sesiones de control, incluso cuando le van bien, se han convertido en un suplicio para el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Tras un paréntesis de tres meses de vacaciones parlamentarias, Camps volvió ayer al hemiciclo a la defensiva, acuciado nuevamente por el caso Gürtel, una melaza de la que no ha conseguido desembarazarse desde hace un año. Llegó pronto y se encontró una bancada popular desmadejada -que esta vez no aplaudió la entrada- y la habitual nube de cámaras y fotógrafos. El logotipo de TVE lo irritó. "Sólo vienen aquí al lío, qué pena de tele", manifestó Camps ante el periodista de la cadena pública y el estupor del resto de sus compañeros.
Una vez concluyeron su trabajo los periodistas gráficos, la presidenta de la Cámara, Milagrosa Martínez, abrió la sesión parlamentaria, en la que se puso de manifiesto que los populares habían decidido emplearse a fondo con la oposición. El día antes, su portavoz, el consejero Rafael Blasco, había recomendado a sus diputados retirar el saludo a los socialistas por presentar la querella contra Camps y otros altos cargos. Y ayer, la presidenta de la Cámara realizó tres amonestaciones a tres diputadas de la oposición en menos de media hora.
Con estos mimbres, el presidente de la Generalitat rechazó la oferta socialista para alcanzar un pacto frente a la grave crisis económica. Y además, descalificó como interlocutores a los portavoces del Grupo Socialista, Ángel Luna, y de Compromís, Enric Morera, mientras su consejero de Economía, Gerardo Camps, los buscaba para pactar una declaración conjunta sobre la posible fusión de CAM y Bancaja.El presidente de la Generalitat rechazó la oferta socialista de sentarse para hablar, sin condiciones, e intentar consensuar medidas contra la crisis económica. Camps argumentó que el Consell detectó la gravedad de la crisis año y medio antes que el Gobierno y que ya había articulado las cuatro cuestiones sobre las que el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, busca el consenso en España. Cuestiones que Camps tradujo en un plan de austeridad, apoyo a las pymes y al sistema financiero, planes de competitividad e inversiones productivas a través de los ayuntamientos.
Pero la razón de fondo al rechazo de la propuesta socialista acabó por aflorar en el tramo final de su intervención. Camps se mostró dispuesto a "hablar de todo con gente seria" y remachó que sólo llegará "a acuerdos con personas que representan la decencia y la inteligencia de esta tierra". "Los tiempos no me cambian, lo único que ha cambiado es el tipo de interlocutores", sentenció el jefe del Consell, que aseguró que en la anterior legislatura sí tuvo "un gran interlocutor político" [el socialista Joan Ignasi Pla] con quien pactó la reforma del Estatut d'Autonomía.
El portavoz socialista instó hasta cuatro veces a Camps a responder a la pregunta de si quería reunirse con la oposición para afrontar la crisis. Y luego replicó: "Al parecer es verdad que ha dado instrucciones de que a quienes le han presentado la querella [por supuesta financiación irregular del PP], ni agua".
Ángel Luna lamentó que Camps tuviese una visión de sí mismo tan primorosa. "¿Dónde estaba su autoestima cuando se reunía con personajes como El Bigotes?", indicó el portavoz socialista. Luna reprochó al jefe del Consell que no le mirase a la cara durante el debate y le recordó que, a excepción del debate de política general y de las sesiones de control, no había acudido a ninguna sesión parlamentaria a debatir sobre problemas económicos.
El socialista consumió ayer sus dos turnos y las dos preguntas a las que tienen derecho los grupos de la oposición para obligar a Camps a exponerse. Y el envite fue asumido por el presidente de la Generalitat, que tras el pulso mantenido con Luna incrementó su dureza dialéctica con el portavoz de Compromís, Enric Morera.
Interpelado por la defensa del trasvase Tajo-Segura, Camps acusó a Morera, que se estrenaba en las sesiones de control como portavoz, de ser el culpable de que en Castilla-La Mancha se quiera poner fin a la transferencia de agua. "Usted es el responsable directo de lo que está pasando", prosiguió Camps, "usted dio alas a lo que hoy es un problema entre territorios".
El portavoz de Compromís replicó achacando la responsabilidad de la situación a populares y socialistas, mientras devolvía el golpe: "¿Quién manda más, usted o [la secretaria general del PP y presidenta del partido en Castilla-La Mancha, Dolores] De Cospedal? Y miro al señor Ricardo Costa". La afirmación de Morera provocó hilaridad en la oposición mientras quien fuera número dos del PP valenciano ponía cara de enfant terrible desde su escaño número 98. El portavoz de Compromís le recordó al jefe del Consell que fue él quien insistió en incluir un artículo en el nuevo Estatut referido al derecho al agua de los valencianos, con lo que abrió la caja de Pandora en otros estatutos. "¿Presentará recurso de inconstitucionalidad si hay una reserva hídrica [del Tajo] en el Estatuto de Castilla-La Mancha?", dijo Morera.
Y el presidente de la Generalitat le respondió con una buena dosis de estopa. Le acusó de perder el tren del valencianismo, del agua y de intentar diferenciar el proyecto político de Compromís. "Usted forma parte de lo que ha pasado [con el caso Gürtel]. Se ha terminado. Le queda año y medio de legislatura", sentenció.
Hubo que esperar a las repreguntas de Compromís para que Mireia Mollà le dijese a Camps que "su palabra vale menos que la de su sastre" y José María Pañella gritase "Morera, presidente" por su capacidad para echar por tierra toda la política de agua del Consell de Camps. Aunque el presidente de la Generalitat, que aseguró que su defensa del agua es "estructural" y recurrirá "a cualquier instancia, incluido el Tribunal Constitucional" para defender los intereses de la Comunidad Valenciana, no aflojó e insistió en acusar a Morera de "hacer el ridículo".
En los pasillos, minutos después, el consejero de Economía, Gerardo Camps, pedía el apoyo de Luna y Morera para hacer una declaración conjunta sobre las fusiones de las cajas de ahorro.
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