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ESTA SEMANA
Columna
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Rumbo

El secretario general de Economía, Manuel Recio, no ha podido ser más claro. Afirma que a la Junta le gustaría que la potenciación y la concentración de las cajas de ahorro fueran la máxima en nuestra comunidad y eso se consigue con la fusión tradicional, un instrumento que, precisa, fortalece más que otros. Eso sí, admite que el Gobierno no está cerrado a otras opciones. Fácilmente puede deducirse, por tanto, que en la Junta están por la integración de todas las cajas andaluzas en una sola entidad aunque, a renglón seguido, tienen la prudencia de precisar que se muestran muy respetuosos con la independencia de cada una de ellas para que decidan lo que estimen más conveniente. Advertencia, no obstante, que resulta muy oportuna si se tiene en cuenta que esta semana Antonio Jara accede a la presidencia de CajaGranada, relevando en el cargo a Antonio María Claret García.

En su despedida, García hizo un alarde de independencia de su partido, el PSOE, cuyo carné, decía, depositaba en la garita de entrada a la sede de la caja, al tiempo que se mostraba orgulloso de la labor realizada al dejar una caja más fuerte, más solvente y lejos de las aspiraciones de fusión con otras entidades. De esta forma, su soledad debe entenderse como un signo de fortaleza y no de aislamiento. Ese es el legado que entrega a su sucesor quien, a priori, se verá igual de limitado con ese tan manoseado Pacto del Saray que algunos interpretan como todo un candado a la libertad de movimientos de dicha entidad.

Sin embargo, los hay también que piensan que tal acuerdo, por el que se garantiza cierta estabilidad política en el seno de la caja, no tiene por qué restarle capacidad para luchar por un futuro más estable ahora que los tiempos vienen bien difíciles para el sistema financiero. Y es aquí en donde vuelven a cobrar vigencia las palabras de ese alto cargo de la Consejería de Economía al mostrar claramente las preferencias de la Junta a favor de propiciar fusiones de una vez y no esas denominadas "frías", un invento que se utilizó aquí inicialmente para la operación Cajasol-Caja de Guadalajara y que quedó descartada por considerarse insuficiente. Así que, en esta ocasión, escucharemos de nuevo en esa espléndida y espectacular sede de la caja, obra del arquitecto gaditano Campo Baeza, recurrir al orgullo de ser autónomos, genuinamente granadinos y felizmente libres, aunque tal vez la realidad, con el paso del tiempo, marque otro rumbo diferente.

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