Privilegios
Para mala suerte, la de los señores diputados, que se tienen que incorporar al tajo justo una semana antes del carnaval; para colmo, como bien nos aclaró el señor Bono, ni siquiera se pueden considerar vacaciones los 47 días que no aparecieron por el Parlamento, sino que este tiempo es simplemente "un periodo de intersesiones", y ahora hasta junio, a la dura tarea parlamentaria, encima a pesar de que julio y agosto también son inhábiles, nada de vacaciones, ya que de nuevo es otro "periodo de intersesiones", y en septiembre, otra vez a mortificarse y dejarse la piel. Curiosamente, este duro calendario laboral, como las pensiones, los salarios, pluses, dietas, etcétera, lo defiende todo el arco parlamentario sin fisuras, no hay discrepancia como en las cajas o la reforma laboral.
Que nadie piense que todo esto sean privilegios, el presidente del Senado lo explicó muy bien, son excepcionalidades. Así que, si en el siglo XVIII hubo una revolución para eliminar los privilegios, urge una metamorfosis para eliminar las excepcionalidades.
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