Una conserje de 8.566 euros al mes

Una conserje con sueldo estratosférico. Gemma Montull, ex directora financiera del Palau de la Música, se presentó ayer ante la justicia como una empleada que llegaba a hacer trabajos de conserje, pero en realidad cobraba un sueldo mensual de 8.566 euros. En la jerga jurídica laboral se emplea la expresión "obedicencia debida" para disculpar a los que se limitan a cumplir órdenes en una empresa, pero el abogado de la nueva dirección del Palau disipó cualquier duda. "La señora Montull participaba de todo el entramado y era ella y no otra persona quien daba las órdenes de pago y quien se saltaba el procedmiento para beneficiar a su padre y a su madre".

Para ello se utilizaron las sociedades Aysen Producciones, SL, y Aurea, SA, que facturaron más de un millón de euros al Palau por estudios que ayer se supo que nunca se realizaron. El objetivo era permitir que los saqueadores confesos Fèlix Millet y Jordi Montull pudieran percibir su bonus millonario. Todo quedaba en familia, pues esas sociedades las administraban sus respectivas esposas.

"Ella participaba en todo el entramado para beneficiar a las empresas su padre"

"Millet controlaba hasta el último céntimo", declara la demandante

Ninguna de ellas está imputada por el juez Juli Solaz, a diferencia de Gemma Montull, que aparecía desde el primer día en la querella del fiscal, pero que tardó varios meses en ser citada a declarar. Ese proceso está a la espera del informe de los peritos de Hacienda. Lo de ayer fue un juicio que celebró el Juzgado de lo Social número 32 de Barcelona por la demanda que presentó la mujer tras ser despedida al descubrirse el expolio.

En otro momento de su declaración, Gemma Montull admitió que retiró más de tres millones de euros en cheques de una cuenta bancaria que tenía el Palau. El dinero lo entregó a su padre y a Millet, y nunca volvió a la entidad. "El señor Millet controlaba hasta el último euro del Palau", dijo la ex directora financiera a modo de disculpa. A favor suyo testificaron su padre y una cuñada, que también ha sido despedida tras 21 años en la entidad.

El abogado de la nueva dirección insistió en que Gemma Montull hacía y deshacía a su antojo, y daba órdenes a los contables del Palau. Así lo ratificaron dos de ellos en el juicio, al que también asistió de principio a fin Joan Llinares, el nuevo director del Palau. Su presencia irritó al abogado de la despedida, quien afirmó que Llinares pretendía condicionar la declaración de los trabajadores. Gemma Montull, por su parte, estuvo acompañada por el abogado Pau Molins, cuyo despacho defiende a su padre y a Millet.

En la vista también testificó un cabo de los Mossos d'Esquadra que registró el Palau, quien recordó que aquel día instó varias veces a Gemma Montull a que apagara el ordenador. Al final hizo caso e intentó ocultar en un lápiz de memoria datos sobre pagos a empresas de la familia, pero la descubrieron.