Echarri renuncia a ser reelegido como presidente de la Cámara de Guipúzcoa

Visiblemente emocionado, el presidente de la Cámara de Guipúzcoa, José María Echarri, anunció ayer su decisión de no presentarse a la reelección en el organismo provincial, al frente del cual ha estado ocho años. De esta forma, se desvelaba parte de la incógnita en lo que se refiere al reemplazo en la presidencia de la Cámara guipuzcoana en el proceso de elección que se abrirá en los próximos días. Al día de hoy, sólo existe un cándidato, el publicista Pedro Esnaola, que cuenta con el beneplácito de la patronal provincial Adegi. A finales de marzo se sabrá cómo queda el nuevo órgano ejecutivo de la entidad y quien será su presidente. Echarri quiso agradecer a los medios, sobre todo los escritos, "la forma exquisita" con la que se ha abordado su relevo.

Apuesta por diversificar las exportaciones y la tecnología

Antes de anunciar oficialmente su despedida durante la rueda de prensa que se celebró ayer en la sede de la Cámara de Guipúzcoa en San Sebastián, Echarri repasó junto a su director general, Agustín Eizagirre, la evolución de la economía provincial en 2009 y las perspectivas para 2010. La Cámara, que aglutina a 66.000 empresas, apuesta por diversificar las exportaciones y aumentar su nivel tecnológico en 2010, cuando prevé que se aborde ya el "camino de la recuperación, a pesar de lo cual espera un año realmente duro con bastantes turbulencias", explicó Eizaguirre. En esos vaivenes se esperan caídas de en torno al 0,2% y 0,4%. Las previsiones son más pesimistas que las de la patronal Adegi, que pronostica para 2010 un "lento crecimiento" en una situación "débil y vulnerable".

En cuanto al Producto Interior Bruto en 2009, el descenso en Guipúzcoa será probablemente superior al 3% con un recorte de 4,5 puntos con respecto a 2008, lo que supondrá situarse casi a la altura de la economía vasca, cuatro o cinco décimas por encima de la media española y un punto por encima de la registrada en la eurozona.

La renuncia a la reelección de Echarri, que era previsible, fue el punto y aparte en una comparecencia en la que las previsiones económicas no ensombrecieron sus palabras de despedida. Echarri recordó a su familia, en especial a su esposa, y elogió la posibilidad de pasar más tiempo con ellos desde ahora. De sus ocho años de gestión al frente de la Cámara, destacó los cuatro últimos como los más "satisfactorios". Lanzó una reflexión, quizás al aire o al próximo presidente de la Cámara, de lo que tiene que ser la labor en una posición de mando: "En contraposición a la palabra poder, yo pongo la de servir y el respeto por las empresas que aglutina la Cámara con una rica pluralidad y que componen el tejido empresarial guipuzcoano".

Echarri conluyó con palabras de agradecimiento para los trabajadores de la Cámara y para sus dos directores -Iraola y Eizagirre- "con quienes he formado un buen tándem, imprescindible para el diálogo y el trabajo".