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Reportaje:VAMOS A ... LONDRES

Mmm... 'delicious'!

En contra del tópico, la oferta gastronómica londinense destaca por su variedad

"En Londres se come mal". Hemos escuchado mil veces esa injusta afirmación: la legendaria sosería de la cocina inglesa nada tiene que ver con la espectacular oferta gastronómica de la capital británica, que es una de las mejores del mundo.

Además, la contención de la libra -un euro equivale estos días a unas 0,87 libras- hace más asequible el disfrutar de la buena mesa. Un consejo para los viajeros: huyan de los steak house y las cadenas de pizzerías que proliferan como setas en otoño, pues resultan casi tan caros como los restaurantes de moda, donde uno puede comer de maravilla y cruzarse con modelos cotizadas y actores que triunfan en el West End.

Dos italianos

Para los devotos de la alta la cocina italiana, la última sensación es Locanda Locatelli (8 Seymour Street; www.locandalocatelli.com). Un interior de diseño es el mejor marco para especialidades como los gnocci con ragú de ciervo o el cordero en salsa de Chianti. Precio medio, 50 euros. Mucho más informal, pero lleno de encanto, es Pizza East (56 Shoreditch High Street; www.pizzaeast.com), donde se puede cenar por 25 euros.

Un 'brunch' de verdad

En el corazón de Picadilly Street se encuentra The Wolseley (160 Picadilly; www.thewolseley.com), un local impactante de techos altísimos que sirve sin interrupción desde las nueve de la mañana. Un pantagruélico desayuno inglés cuesta 15 euros -sólo apto para los muy hambrientos- y un chocolate con cruasán sale por 5. A media mañana el ambiente es estupendo, al coincidir los desayunos tardíos y los primeros almuerzos. Es un buen sitio para tomar un té con scones, crema y mermeladas, por 11 euros.

Delicias chinas

Y es que la ceremonia del té es uno de los lujos a los que no se debe renunciar. Sigue teniendo fama el high tea del hotel Savoy (Strand), el de Fortnum and Mason (181 Picadilly) o el más modesto que sirve la cafetería de los almacenes Debenhams (334-348 Oxford Street), pero ganan fuerza los que ofrecen los restaurantes de moda, como el Yauatcha (15-17 Broadwick Street; www.yauatcha.com). Por 30 euros puede elegirse entre un fastuoso té completo con pastelería clásica... o un té oriental con especialidades asiáticas. El Yauatcha es también una buena opción para un almuerzo o una cena a partir de unos 30 euros con la mejor cocina china y un ambiente sofisticado y alegre. En el mismo tono está el suntuoso Hakkasan (151 Wardour Street; www.hakkasan.com), aunque resulta algo más caro (desde 50 euros). De todas formas, siempre existe la opción de tomar una copa en su elegante barra (a partir de 10 euros) y marcharse a cenar a otra parte. Por ejemplo, a Haozan (8 Gerrard Street; www.haozhan.co.uk), en el corazón de Chinatown, donde la cuenta de un menú generoso no supera los 25 euros. Insuperable el pato y las gambas con wasabi.

Mucho más que 'sushi'

Para quienes aprecien la cocina japonesa, la cita ineludible está en el Zuma (5 Raphael Street; www.zumarestaurant.com): un local para iniciados cuyo exterior, asombrosamente sobrio, no deja intuir la esencia de este restaurante, preferido por los jóvenes tiburones de la city. El sushi es sublime, como cualquiera de las especialidades de su teppanyaki. El bar de sake está siempre muy concurrido, y tiene una extensa carta de cócteles. La cuenta no bajará de los 60 euros, pero merece la pena. Otra opción es Roka (37 Charlotte Street y también en 40 Canada Square; www.rokarestaurant.com), o el muy céntrico Cocoon (65 Regent Street; www.cocoon-restaurants.com), bastante más asequible y donde al mediodía se preparan cajas de sushi (bento) para llevar.

'Curry' indio del mejor

Entre los restaurantes indios, una apuesta segura es Mint Leaf (Suffolk Place; www.mintleafrestaurant.com), donde sirven uno de los mejores currys de la ciudad en un entorno minimalista y elegante, y por menos de 40 euros por persona. La presencia de saris y turbantes entre la clientela avala la altísima calidad de la cocina. Otra opción de buena comida india es The Cinnamon Club (30-32 Great Smith Street; www.cinnamonclub.com), en el corazón de Westminster y en un particular espacio: una antigua biblioteca.

Tres pistas especiales

Para los que no renuncian a las cenas tardías, el Ivy (1-5 West Street; www.the-ivy.co.uk) es una buena opción. Este restaurante, frecuentado por gentes del teatro, trabaja hasta la medianoche para dar servicio a los que salen de la función de las 19.00. La atmósfera es muy agradable, igual que el servicio y la carta de especialidades internacionales. Una buena sugerencia es la hamburguesa Ivy, que cuesta 15 euros.

Algo lejos del centro, en el barrio de Spitalfield y cerca de su popular mercado, abrió a mediados de noviembre el singular La Chapelle (35 Spital Square; www.galvinrestaurants.com). Propiedad de los famosos hermanos Galvin -el propio Jeff Galvin está al frente de los fogones-, el restaurante ocupa una antigua capilla de techos infinitos con vigas vistas. Es un lugar perfecto para una cita romántica. El milhojas de cangrejos es insuperable, igual que el venado o el mero servido con crema de patata y alcachofa. Una cena con vino -la bodega es soberbia- ascenderá a unos 80 euros por persona. Para los que no quieren gastar tanto está la opción del contiguo Café de Luxe (también de los Galvin), un acogedor bistró donde un almuerzo ligero cuesta unos 20 euros. No se pierdan el steak tartare.

'Delicatessen' ibéricas

¿Y la comida española? Se equivocan quienes creen que fuera de nuestras fronteras sólo es posible encontrar sangría y paella de plástico. Entre la colonia española de Londres está en boga Ibérica London (195 Great Portland Street; www.ibericalondon.com), un espacio con tienda de delicatessen (de la que Mick Jagger es cliente habitual), bar de tapas y un restaurante (Caleya, cuya carta ha sido elaborada por Nacho Manzano) donde se puede hacer una comida estupenda por unos 45 euros.

» Marta Rivera de la Cruz es autora de La importancia de las cosas (Planeta, 2009).

Interior de la tienda de quesos La Fromagerie, en la calle Moxon (una de las perpendiculares de Marylebone High Street), en Londres.
Interior de la tienda de quesos La Fromagerie, en la calle Moxon (una de las perpendiculares de Marylebone High Street), en Londres.CARMEN VALIÑO

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