Todo no cabe en las fallas
Una juez reconoce que la falla de Sagunto que echó a su fallera mayor infantil a las puertas de la semana grande se equivocó
Alba tenía nueve años cuando llegó en 2007 a la falla Els Vents, en Sagunto, una comisión de nueva creación aquel mismo año. La pequeña, fallera desde que nació, había sido los dos años anteriores fallera mayor infantil. Sabía de la exigencia, de las expectativas. Sabía de los regalos, de la incomodidad del traje, de los moños y de lo apretado de la agenda. Pero ella quería ser, otra vez, fallera mayor infantil.
Su padre, Enrique, asegura que la nena ha sido fallera hasta las trancas. Que en sus juegos recreaba ese ambiente. Que ni el frío ni la fiebre eran capaces de apartarla de sus compromisos. La apartó, en realidad, su propia comisión fallera a dos semanas escasas de los días grandes de la fiesta. El 21 de febrero de 2008 la echaron. A sus padres, no se lo dijeron hasta el 27 de ese mismo mes. Aquel fue el último episodio de una sucesión de desencuentros entre los padres de Alba y la junta directiva de la comisión fallera. Pero fue el definitivo. Sin el amparo de la Junta Local de Sagunto, que entendió las diferencias como una cuestión interna, Enrique y su mujer decidieron llevar el asunto a los tribunales. ¿Por qué? "Por la niña, por lo injusto de su tristeza, porque se tomó una decisión sin espíritu democrático, porque se vulneró el funcionamiento de una asociación", explicó ayer su padre.
La juez anula el acuerdo por el que se expulsó a la pequeña
La comisión fallera tendrá que pagar 6.000 euros por daños
La abogada de la falla asegura que va a recurrir la sentencia
La titular del Juzgado de Primera Instancia cuatro de Sagunto ha fallado a favor de la familia. De entrada, anula el acuerdo por el que se decidió que a las puertas de la fiesta la pequeña dejaba de ser fallera mayor infantil porque se incumplió el mecanismo que establecen los estatutos, ya que el padre no fue avisado por escrito. Y condena a la comisión fallera a pagar 3.000 euros en concepto de daños morales y otros 2.990 euros por daños materiales. Contra ese fallo, según la abogada de la comisión fallera, ya se ha anunciado recurso.
Alba fue cumpliendo con el calendario fallero, ajena a los enfrentamientos con la comisión. Los padres de Alba estuvieron además en la junta, y dimitieron en diciembre del mismo año en el que la pequeña era fallera mayor infantil. "Sin entrar en detalles, simplemente no se gestionó una situación delicada como a nosotros, éticamente, nos parecía", dijo ayer Enrique.
Y, desde aquel momento, la relación empeoró. La fallera mayor bautizó su ninot en el taller del artista. Alba no. Se conformó con hacerlo en la falla. Pero no la avisaron. Dijo el presidente que Alba faltó a un acto de presentación de otra falla, que era obligatorio. Su padre recuerda que aquella tarde hubo varias presentaciones. A Alba se le rompió el traje, y en tres horas no daba tiempo a arreglarlo. "Lo notificamos al presidente". En pasacalles fueron todos los falleros a casa de la fallera mayor, pero como Alba vivía lejos (aunque ya habían ido antes), propusieron recogerla prácticamente en coche. Alba recibió una distinción de la junta local de Sagunto por su dedicación. La recogió solita, sin presidente ni fallera mayor. Y sí, dice su padre, "un día, porque estaba malita, se puso deportivas durante la parte de recorrido no oficial de un pasacalle, en cuanto se inició la parte oficial calzó sus zapatos".
Ahora, cuando llegan las fallas, sus padres se van de vacaciones con ella. "No quiere saber nada. Su tristeza ha sido, es, lo peor para nosotros", asegura Enrique.
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