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Casetas ilegales con parabólica

Son ilegales pero no les falta detalle. Casetas de madera pintadas de colores, recubiertas de chapa metálica y tabicadas con cemento y ladrillo. Algunas tienen su huerta o jardín, verja de cierre y antena parabólica. Las bautizan con el clásico "O meu lar" o "Refuxio" y de sus ventanas cuelgan cortinas. Suelen ser casas estacionales, de veraneo o fin de semana, y unas pocas acogen a sus inquilinos permanentemente.

El presidente de los montes mancomunados de San Xurxo cuenta que algunos vecinos "vendieron sus trocitos de monte". Suelo rústico en el que no se podía edificar. Aun así, los nuevos propietarios se atrevieron a cavar su pozo, trampear el enganche de la luz -alguno con contador- y organizan su desagüe privado sin control. Un italiano compró una chabola en el arenal de San Xurxo, que visita cada verano, y otra caseta cercana se vendió por 60.000 euros.

Más información
Guerra a las chabolas playeras

Los vecinos presionaron al Ayuntamiento para atajar el "chabolismo playero". Tras crear una patrulla policial específica, el gobierno local defiende que "no es necesario quemar el patrimonio natural para generar vivienda" y apuesta por la rehabilitación de antiguas casas rurales como fórmula de "arquitectura respetuosa".

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