Filipe, drama deportivo y económico

Las ha visto de todos los colores, pero el sábado por la noche el presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, saltó como un resorte de su asiento en la primera fila del palco de Riazor. Sacó el pañuelo y se lo pasó por la frente mientras atisbaba el drama: Filipe Luis Kasmirski, la joya más preciada de su equipo, estaba en el césped con el tobillo derecho colgando. Media hora después estaba sobre la mesa de un quirófano, pero dentro de la desgracia el lateral brasileño tuvo suerte porque Iraizoz le cayó encima, le fracturó el peroné y rompió todos los ligamentos del tobillo, pero la tibia soportó el peso del meta del Athletic.

Los médicos de ambos equipos trataron de reducir sin éxito la luxación sobre el césped y Filipe se fue directo al hospital: tenían que recuperar su anatomía para garantizar el riego sanguíneo en el pie. "Le pusimos una placa con dos tornillos en la unión de peroné y tibia y limpiamos toda la zona. Esperamos que pueda iniciar la pretemporada con sus compañeros", detalló Rafael Arriaza, el galeno que le intervino. Cuando el jugador salió del quirófano ya estaban allí casi todos sus compañeros; también Iraizoz. "Era un balón dividido, pero él llega antes, marca gol y caemos al suelo. Me agarró y le dije que estuviera tranquilo, que ya venían los médicos. Luego en el hospital me dio ánimos cuando en realidad tenía que ser al revés", explicó ya desde Bilbao el guardameta.

Filipe tendrá que esperar dos meses antes de poder apoyar el pie en el suelo y dentro de unas semanas le volverán a abrir para retirar los tornillos. En seis meses podría volver a subir la banda, medio año antes de lo que hubiera ocurrido si la tibia se le parte tal y como le sucedió a Eduardo, delantero del Arsenal. No hay dos lesiones iguales, pero Miguel de las Cuevas, ahora en el Sporting, sufrió un percance similar con el Atlético en un Teresa Herrera. Cinco meses después ya trabajaba con sus compañeros, pero la recuperación se complicó y estuvo más de un año de baja. También sufrió una larga rehabilitación el deportivista Manuel Pablo, que se fracturó tibia y peroné en un derby contra el Celta. Tardó 13 meses en volver a jugar y mucho más en regresar a un nivel similar, nunca superior al que tenía. "Es posible que Filipe no vuelva a ser el mismo, pero hubo más casos en los que los futbolistas se han recuperado sin problemas, así que vamos a ser optimistas", apuntó el doctor Arriaza.

Sobrecogido, el deportivismo no pudo evitar ayer ir más allá del drama personal y mirar hacia el colectivo, hacia el de un equipo tocado en lo moral y asolado por las lesiones y hacia una entidad que, con la lesión de Filipe, pierde gran parte de las opciones de aliviar su tesorería. Este verano el Barcelona ofreció ocho millones de euros. Lo hizo en julio, demasiado pronto para Lendoiro, que nunca tiene prisa en las negociaciones. Ahora era el Madrid el que había iniciado los primeros tanteos para recuperarle cuatro años después de dejarle escapar del filial. Lendoiro pensaba que podía cerrar el trato en no menos de 15 millones. De pronto el mandatario revive una pesadilla que ya conocía: cuando cayó Manuel Pablo tenía sobre la mesa una oferta del Madrid de 24 millones.

Grave lesión de Filipe Luis