Seguros especiales para el ladrillo
La correduría GTG atiende a las nuevas responsabilidades de los constructores
En septiembre de 2000 echó a andar GTG Seguros, una compañía pequeña, con sólo nueve empleados, pero que gracias a la especialización ha logrado hacerse un hueco en el mercado. GTG se centra en los seguros especiales para constructores, por lo que se subió al tren desenfrenado del ladrillo cuando iba a toda máquina. Pese a todo, esta empresa se ha ido consolidando poco a poco, hasta tal punto que su máxima facturación se ha producido el año pasado, con un volumen de negocio de tres millones a cierre del ejercicio. Este montante le coloca entre las principales corredurías independientes de seguros, es decir, las que están al margen de las grandes firmas del sector.
"Somos los únicos que sólo hacemos seguros de construcción. Hay otras compañías que trabajan este sector, pero dentro de una oferta más amplia. En ocasiones, las grandes empresas excluyen algunos seguros como el de responsabilidad civil", comenta Adrián Sánchez, director general de la correduría GTG.
La singularidad de esta correduría es una apuesta con ventajas e inconvenientes. Entre las primeras, Sánchez destaca: "Ofrecemos un conocimiento profundo de la legislación sobre construcción y edificación, un sector que ha estado muy desprotegido porque los seguros todavía no se han adaptado a los cambios legales". Entre éstos destaca la Ley de Ordenación de la Edificación, que define las responsabilidades de los que intervienen en el proceso de edificación, así como el Código Técnico de la Edificación, en vigor desde marzo de 2007. Este ejecutivo destaca que GTG hace "productos a medida", con coberturas especializadas. Entre ellas está un seguro decenal sin necesidad de contratar un Organismo Técnico de Control, lo que ahorra costes al cliente. GTG se diferencia del resto, explica Sánchez, porque ofrece precios competitivos al trabajar con aseguradoras y reaseguradoras internacionales, así como con el mayor mercado británico. Sánchez considera que los clientes critican con razón la baja calidad de algunos edificios "construidos por especuladores", pero augura problemas para los que sigan por este camino. La nueva legislación exige responsabilidades por todo lo relacionado con el uso cómodo de la vivienda, es decir, que se salte el parqué, que se caigan los azulejos del baño, que se oiga roncar al vecino, que se filtren los olores...
Tanta especialización le hizo pasar momentos difíciles a GTG con la caída de la construcción. "Éste es un negocio de comisiones y, por supuesto, que nos afectó porque la caída ha sido de más del 40%. Entramos en el mercado de la energía fotovoltaica, lo que nos sirvió para parar el golpe", dice Sánchez.
Como no se le puede escapar a nadie, el sector mueve grandes cantidades de dinero. Según las últimas estadísticas, entre los productos de responsabilidad civil, seguro decenal, seguro de todo riesgo, construcción y afianzamiento de cantidades anticipadas, el mercado superó los 1.000 millones en 2008. Esta cifra descenderá hasta los 600 millones en 2009 y seguirá cayendo los próximos ejercicios. "Hasta 2012 no volverá con fuerza la obra nueva", sentencia Sánchez. -
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