Descorazonador aniversario de la tragedia de Sant Boi
Un partido de béisbol homenajeará a los cuatro niños fallecidos
"Ha sido un año muy duro". Una de las madres que nutren la gran familia que es el Club de Béisbol de Sant Boi de Llobregat resume el sentir en el equipo durante este año. Hoy se cumple el primer aniversario de la tragedia que marcó a la entidad. En pleno temporal de viento, con rachas que superaban los 100 kilómetros por hora en la zona, un grupo de 11 niños y sus dos monitores entraron en el túnel de bateo, una pequeña instalación utilizada para practicar con el bate. Al cabo de unos minutos, el techo se desprendió y barrió toda la construcción. Murieron cuatro niños, Eric, Xavi, Yoel y Mario, de entre 9 y 12 años, y otros siete sufrieron graves heridas, además de los dos monitores.
Las familias de las víctimas no han visto ni un euro de indemnización
"Esto ha sido una desgracia que nos cogió a todos desprevenidos", apunta Avelino Váquez, presidente del club, que hoy recordará a los fallecidos con un partido de homenaje. La prioridad para la entidad ha sido volver a la normalidad, un reto difícil porque las ruinas del túnel hundido quedaron intactas, por decisión judicial, hasta diciembre.
El aniversario viene marcado por la fuerte división entre los padres de los niños afectados y el Ayuntamiento, trasladada a los juzgados. "Las familias están tristes, indignadas con la situación, muy unidas y dispuestas a seguir luchando para que sepa la verdad", asegura José María Fuster-Fabra, abogado de los afectados. Pese a que la juez que investiga el caso fijó hace tres meses una fianza de 827.000 euros a repartir entre las familias, éstas todavía no han visto ni un euro porque la aseguradora del club de béisbol ha recurrido la decisión judicial.
Tres personas están imputadas en la causa: dos arquitectos del Ayuntamiento, Carmen R. y Daniel C., y el constructor de la obra, José G., acusados de cuatro delitos de homicidio imprudente y nueve de lesiones. Según el auto judicial, en la construcción se omitieron elementos de seguridad, lo que convertía el túnel de bateo en una instalación "de riesgo".
El alcalde de la localidad, el socialista Jaume Bosch, defendió otra tesis desde el primer día: que el viento fue el gran culpable del derrumbe. Para sostener sus teorías, Bosch se vale de tres informes: uno de la UPC, que marca las rachas de viento en 160 kilómetros por hora; otro del colegio de ingenieros, que dice que el proyecto cumplía la normativa, y un tercero del colegio de arquitectos, que reconoce deficiencias en la estructura. Pese a los fallos constructivos, Bosch concluyó que el derrumbe "fue inevitable" y producido "por el efecto del viento".
"Estamos con los informes presentados, que apuntan un viento mayor que el que dice la juez y algunas deficiencias en la construcción, no tantas como las que se señalan en el informe pericial", explica Cristóbal Martell, abogado del Consistorio, que aclara: "El Ayuntamiento está por el esclarecimiento de los hechos". En un intento de acercarse a las familias, Bosch cambió su discurso en diciembre. Mantuvo en el cargo a los dos arquitectos imputados, pero matizó su tesis del viento: "Hay que ver si el proyecto estaba bien, y si lo estaba, habrá que ver si se ejecutó bien". Las familias no hablarán con el alcalde hasta que les pida disculpas. Las relaciones con el club de béisbol también se han enfriado porque "esperaban un apoyo incondicional", según Fuster-Fabra.
Pese a ello, la mayoría de los niños heridos continúan jugando al béisbol, una vez recuperados de sus lesiones. "La primera vez que ganaron una copa después del derrumbe, se unieron y dedicaron el trofeo a sus compañeros", explica una de las madres. Algunos compañeros saltarán al campo hoy, en el partido de homenaje.
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