Ibra no se esconde
El delantero sueco del Barça admite que no está jugando bien
Uno de cada dos balones que toca lo juega con un compañero. Y toca muchos porque a Zlatan Ibrahimovic el equipo le busca y le encuentra cada minuto y poco. Es el referente ofensivo del Barça. Se ofrece siempre y, además, acaba muchas jugadas: remata una vez cada 23 minutos desde que comenzó la Liga y lleva 13 goles en ella, pero desde que comenzó el año no ha marcado: lleva dos tantos en los últimos siete partidos.
Ayer, por vez primera en una conferencia de prensa suya, no se escuchó la coletilla "sono molto contento". Como no se esconde en el campo ni fuera, lo explicó: "Estoy jugando mal. He de hacer más. Soy realista y los últimos dos partidos no he jugado bien. Se puede mejorar mucho". Avisó: lo de menos es si mete goles: "No estoy preocupado por eso. Si el equipo gana, da lo mismo quién marque. Los goles llegan cuando llegan". Contra lo de jugar mal, ofreció un antídoto: "Se trata de trabajar". Cabe la posibilidad de que en el remate haya un punto de suerte: "¿Suerte? Es broma, ¿no? Yo no creo que en este equipo las cosas sean consecuencia de tener o no tener suerte".
Está tan enfrascado en su reconversión como futbolista como en la manera de que no termine en falta todo lo que pretende: ya le han enseñado cinco tarjetas amarillas (tres por faltas) y sólo ha provocado tres. Le han sacado de sus casillas los arbitrajes hasta tal punto que Pep Guardiola llegó a sustituirle en el partido contra el Espanyol por temor a que le expulsaran. Ha cometido 30 faltas. En la plantilla sólo le superan Alves (34) y Keita (33). "Mido 1,96 y peso 96 kilos", dice; "no pido ventajas, pero, si voy al choque con alguien de 1,70 y 66, parece que lo mato". También ofrece como solución algo que puede poner de su parte: "Debo conocer mejor el juego y las normas". En eso defendió a los árbitros: "Son profesionales, como nosotros. Si nos equivocamos nosotros, también pueden hacerlo ellos". Pero insistió en la contradicción entre su fortaleza física y la aplicación del código, un detalle que hasta ahora consideró una ventaja.
Ibrahimovic y sus compañeros celebraron la renovación de Guardiola. "No ha firmado, pero es una buena noticia saber que quiere seguir", dijo el sueco. El técnico recibió la felicitación del capitán y se llevó una cariñosa ovación del equipo. "Nunca me planteé que un club como el Barça dejara escapar a un entrenador como Guardiola".
No los ha tenido malos Ibra, pero dijo que Pep es diferente: "Habla mucho con nosotros. Continuamente nos explica cómo podemos mejorar y está muy encima, tanto al campo como en los entrenamientos. Piensa en el fútbol las 24 horas Por eso le acompañan los éxitos". Y se acordó de la suerte otra vez. "Las cosas pasan porque se trabaja".
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