El eterno abrazo de la Isla
San Fernando convertirá una pareja del Neolítico en un referente de la ciudad
Los huesos entrelazados han sobrevivido a la historia. La aparición de los restos óseos de dos personas abrazadas en una necrópolis hallada en unas obras de San Fernando (Cádiz) ha abierto decenas de interrogantes. Algunas de esas preguntas ya han sido contestadas por los investigadores, aunque otras siguen bajo el velo del misterio. Lo que sí se sabe es que entre esas dos personas había una diferencia de edad de más de 20 años, lo que parece alejar la hipótesis de unos enamorados enterrados unidos. Aunque no se ha descartado del todo.
Lo que sí se ha confirmado es que el abrazo de la Isla, mantenido durante casi 6.000 años, es único en Europa. El Ayuntamiento quiere convertirlo en un referente que atraiga las miradas hacia la ciudad en su año clave. Durante mucho tiempo, los dos años transcurridos desde la excavación de urgencia realizada en las obras del campo de hockey, apenas nadie se ha preocupado por los resultados de aquellos hallazgos.
Nuevas pruebas determinarán el sexo y la relación de parentesco
La labor de Eduardo Vijande, responsable del gabinete de arqueología Figlina, y su equipo es la que ha permitido saber de la enorme importancia de aquel hallazgo. Su difusión pública, 24 meses después, ha reactivado el interés político por este yacimiento.
Los investigadores han podido documentar 83 individuos en estructuras de enterramiento diversas. Había fosas sencillas y tumbas más complejas elaboradas con piedra de mediano tamaño. No se excavó toda la necrópolis pero se cree que su tamaño es espectacular, con más de 300 enterramientos. Las pruebas del carbono 14 han fijado que los restos tienen casi 6.000 años.
Pero, sin duda, lo que más ha llamado la atención de todos ha sido la tumba conocida popularmente como la de los enamorados. El estudio posterior ha restado cierto romanticismo a la emocionante foto de dos cuerpos con los brazos y las piernas entrelazadas. Un abrazo mantenido en el tiempo y que se pudo atribuir a una pareja que quiso descansar para siempre unida. "Sabemos que existía un fuerte vínculo afectivo entre ellos porque hay una clara intención en el contacto físico establecido en el enterramiento. Su muerte fue sincrónica o, al menos, muy próxima en el tiempo", explica el investigador. Se sabe con certeza que el cuerpo de la izquierda es de sexo femenino y que tendría unos 12 años. El cuerpo de la derecha parece un hombre de unos 40 años, pero sólo nuevas pruebas certificarán su sexo y si entre ellos existía relación familiar. "A los 12 ya se era una mujer porque la esperanza de vida era muy reducida. Había enterrados en otras zonas algunos niños y ella está separada de ellos", aporta Eduardo Vijande.
Los nuevos datos sobre el yacimiento han apremiado al Ayuntamiento de San Fernando a difundir sus intenciones sobre estos restos. La pareja ocupará la mitad de una de las principales salas del Museo Histórico Municipal, actualmente en obras.
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