"Hay empresas que están aprovechando la psicosis de la crisis"

El secretario general de CC OO en Euskadi, Unai Sordo, se niega a aceptar que la crisis ha pasado hasta que perciba una recuperación en el empleo. Asegura que algunas empresas ya están prolongando más de lo imprescindible las concesiones laborales realizadas por los trabajadores. Sordo presenta hoy la segunda jornada del ciclo titulado Miradas diversas a la educación, organizado por CC OO Irakaskuntza. En el mismo participará, entre otros, el sociólogo Javier Elzo.

Pregunta. Hay una percepción de que la crisis está remitiendo pero el número de ERE aprobados en diciembre ha aumentado...

Respuesta. Una crisis de este tipo no se puede meditar en fluctuaciones de tiempo tan cortas. La salida de la crisis será una realidad cuando se produzca un cambio en las cifras de empleo y hoy se sigue perdiendo empleo, al margen de las cifras macroeconómicas.

"Salimos de una orgía neoliberal; hay que retomar el diálogo"

"ELA y LAB llevan mucho tiempo sin hacer propuestas serias"

P. Muchos de estos ERE son los segundos presentados por la misma empresa...

R. Tememos que se cronifiquen, pero ya éramos conscientes de que muchos se iban a renovar.

P. Avisó de que éstos pueden convertirse en "un coladero en el que quepa todo". ¿Ha ocurrido?

R. La inmensa mayoría, en torno al 90%, han sido con acuerdo sindical, porque los trabajadores se adaptan a la situación para salir de la crisis sin pérdida de puestos de trabajo. Todo esto mientras algunos hablan de flexibilidad en empresas y rigidez en sindicatos y trabajadores. Sin embargo, ha habido un número significativo de expedientes aprobados sin acuerdo con los sindicatos; nosotros los hemos denunciado y lo vamos a seguir haciendo.

P. ¿Qué está pasando con las medidas de flexibilidad pactadas?

R. Las medidas parciales que se adopten tienen que ser reversibles cuando la situación de las empresas o los sectores mejore. Hay empresas que están aprovechando la psicosis de la crisis para mantener determinadas prácticas de alargamiento de jornadas, por ejemplo. Además, cuando se revierte la tendencia negativa, son reacias a incrementar las plantillas. Y el crecimiento en la economía tiene que ir de la mano del de los puestos de trabajo.

P. Su concepto de flexibilidad es muy distinto del de la patronal.

R. Nosotros apostamos por seguir abordando convenios colectivos con propuestas de reducción de jornada para crear empleo. Hay que probar el modelo alemán, con determinadas reducciones de jornada que puedan compensarse con algún tipo de prestación pública para que no se pierda poder adquisitivo ni el derecho a prestaciones de desempleo. Son medidas de flexibilidad interna pactadas, que contrastan con las propuestas de flexibilidad por el lado de la desregulación de los contratos o el abaratamiento del despido.

P. Su propuesta supone un peso añadido para las arcas públicas. ¿Es factible con la caída de la recaudación?

R. Sí, porque la administración ya asume la prestación por desempleo. Se optaría por compartir la compensación de empresas y de prestación social. Esto podría permitir en muchos supuestos un ahorro con respecto a las prestaciones por desempleo totales. Además, no es nada que no hayamos aportado en los años de bonanza.

P. ¿Tienen visos de desbloquearse las negociaciones de los convenios de 300.000 trabajadores?

R. Es nuestra voluntad. También en época de dificultades, tenemos que tratar de mejorar el poder adquisitivo y la calidad de los convenios. La parálisis no se debe tanto a la situación económica, sino a que ELA intenta diluir la negociación sectorial e individualizarla.

P. La Fundación de las Cajas de Ahorros estima que España tardará una década en recuperar los niveles de empleo perdidos ¿Qué pasará en el caso de Euskadi?

R. Es complicado hacer previsiones a este nivel. Euskadi está en una posición relativamente buena, pero la economía está interrelacionada y dependemos de factores externos. Tenemos que salir de la crisis con una mejor situación del empleo que requiera trabajadores más cualificados. Salimos de una especie de orgía neoliberal y hay que retomar conceptos como las políticas industriales o el diálogo social.

P. ELA les acusa de complacer a la patronal.

R. No estamos en el campo de la patronal, y algunos tendrían que preguntarse en cuál están, porque algunos sindicatos han decidido no jugar el partido de la salida de la crisis y gritar desde la grada.

P. Los órganos de diálogo operan sin ELA y LAB. ¿Estas ausencias merman su capacidad de acción?

R. Llevan mucho tiempo fuera y, más aún, sin hacer propuestas serias. Tienen libertad para no participar, pero nosotros tenemos la misma legitimidad para hacerlo sin ellos. Muchas veces estas dinámicas de confrontación se limitan al plano político. En las empresas se diluye ese choque, las unidades de acción en empresas son de geometría variable.

P. Su sindicato se ha levantado, junto a ELA y ERNE, de la mesa de negociación de la Ertzaintza.

R. Sí, se ha roto por la propuesta del Departamento de Interior. Hemos considerado que no hay que imponer, aunque sean propuestas razonables. Hay que ir con una voluntad de acuerdo y esperamos que se solucione pronto.

P. ¿Con el marco trilingüe en educación, temen que vuelva a ocurrir lo que pasó con los perfiles lingüísticos?

R. Siempre hemos defendido el euskera, pero no se puede contraponer el idioma al empleo. Hay que empezar las casas por los cimientos. El profesorado está plenamente capacitado, así que asegurando una adaptación paralela no habrá problemas.

P. Usted defiende que los trabajadores están muy preparados, pero hay quien discrepa.

R. La patronal ha hecho categoría de la anécdota. Los problemas son puntuales. Las nuevas generaciones están sobrecualificadas. En telemarketing trabajan titulados universitarios, pero nadie quiere poner el foco ahí.