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Caja Madrid recorta el beneficio tras provisionar sus cuentas para 2010

Los resultados caen un 68% en el ejercicio de despedida del presidente Blesa

Íñigo de Barrón

Trece años y medio después, Miguel Blesa cierra su hoja de servicios como presidente de Caja Madrid. Después de disfrutar de la mejor época de la economía española, Blesa se vio obligado ayer a presentar su último ejercicio con las peores cuentas de su mandato. Caja Madrid ganó 265 millones en 2009, un 68,4% menos, tras realizar fuertes provisiones. Por el efecto de esta carga, sólo en el cuarto trimestre la caja madrileña ha tenido unas pérdidas netas de 357 millones en total y de 148 millones en el resultado recurrente.

"Reconozco que no es agradable acabar con una caída tan fuerte del resultado. Podría haberlo arreglado con menores dotaciones, pero he preferido reforzar la entidad por responsabilidad. El año pasado fue un ejercicio para olvidar, pero quizá se le eche de menos en 2010 porque pinta peor", advirtió a Rodrigo Rato, que le relevará en la presidencia a partir del 28 de enero.

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En 2009, Caja Madrid aprovechó que tenía fuertes ingresos financieros gracias a la caída de los tipos de interés y a la venta de parte de la cartera de activos para reforzar su solvencia, que será el caballo de batalla de este año. Sin embargo, no parece que la alegría vaya a durar demasiado. En el último trimestre, los resultados por operaciones financieras se mostraron débiles, lo que anticipa un 2010 con pocos ingresos por esta partida.

La ventaja es que, tras realizar 1.440 millones de provisiones -"voluntarias y necesarias"- en 2009, en el futuro la caja no debería necesitar tanto dinero si logra contener la morosidad, que está en el 5,4%, por encima de la media. Sin embargo, hay nubarrones en el horizonte: el paro continuará creciendo, hay sombras sobre la evolución de las empresas participadas (Iberia, SOS y Mecalux, entre otras) y la entidad ya ha comprado 1.200 millones en inmuebles adjudicados. La marcha de la economía marcará el resultado. En 2009 la entidad ganó cuota en créditos el año pasado, pese a que esa partida cayó el 0,4%. Los recursos de clientes, en los que también ganó mercado, subieron el 4,6%.

Con este panorama, Rato no tendrá un aterrizaje suave en Caja Madrid. No obstante, Blesa dijo que el ex director gerente del FMI "tiene el camino hecho. Las provisiones no las he consultado con él, pero seguro que le gustan", bromeó. Se alegró de que Rato sea el próximo presidente, aunque admitió que hubiera preferido mantenerse en el puesto. "No conozco a nadie que quiera dejar un sitio como éste", dijo. El resumen de su mandato lo centró en las cifras del negocio, que se han multiplicado por seis, la internacionalización de la entidad y el hecho de haber mantenido fuera de las oficinas el enfrentamiento político.

Blesa fue sincero al reconocer que los conflictos con la Comunidad de Madrid habían dificultado cualquier opción de fusión. Defendió los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) -fusiones de los sistemas de riesgo y capital mientras se mantienen separadas las oficinas- que se apoyen en un banco, porque permitirían que se capitalicen las cajas.

No obstante, señaló que el conflicto político ha ralentizado cualquier posible fusión de Caja Madrid. No obstante, aseguró que lo que más ha perjudicado a las operaciones de las cajas es el hecho de que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) todavía no esté aprobado por la Comisión Europea, en una crítica clara al Gobierno. "Me he quedado sorprendido al enterarme hoy de que faltan papeles para enviar a Bruselas. Espero que se cierre el tema pronto".

Cuando llegó en 1997, Blesa planteó la conveniencia de una fusión con La Caixa. Ayer lo volvió a hacer. "Habría sido una operación magnífica. Yo me la tomé en serio, aunque hoy no le veo ninguna posibilidad. Si entonces era difícil, imagínense ahora", subrayó. El presidente de la caja entregará a Rato un informe en que se estudian todas las fusiones posibles.

Blesa sólo rehusó dos preguntas: la valoración del comportamiento político de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, y si el nombramiento de Rato supone despolitizar o no las cajas. Sobre la fusión de Iberia y British dijo que habrá un acuerdo final para mediados de marzo.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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