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Los GRAPO acusan a su ex líder del asalto mortal a un furgón en Vigo

Todos contra Fernando Silva Sande. Esa fue la consigna seguida por cinco de los siete miembros de los GRAPO acusados de matar a dos guardas jurados durante el asalto a un furgón blindado en Vigo (Pontevedra) en mayo de 2000, durante la primera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional. Uno de ellos, el ex dirigente de la banda Marcos Martín Ponce, responsabilizó de ambos asesinatos a Silva Sande, y la acusada Mónica Refojos llegó a achacar al ex líder la violación de una compañera, razón por la cual habría sido expulsado de la organización. "A gente como ésta, en una manifestación revolucionaria se la ejecuta", llegó a decir Martín Ponce. Silva Sande, sin embargo, acusó de planificar el golpe al histórico dirigente Manuel Pérez Martínez, Camarada Arenas.

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El fiscal pide entre 12 y 155 años de cárcel para Silva Sande, Martín Ponce, Refojos y el Camarada Arenas, pero también para los presuntos terroristas Esther González, Israel Torralba y José Luis Elipe por los delitos de pertenencia a banda armada, robo, asesinatos y lesiones terroristas, tenencia de explosivos, estragos y falsedad en documento público. Se les acusa de colocar los explosivos y participar en el tiroteo que terminó con la vida de los vigilantes de seguridad de Prosegur Jesús Sobral y Gonzalo Torres.

Contradicciones

Los acusados coincidieron en cargar contra Silva Sande, expulsado de la organización tras el asalto mortal, pero se contradijeron en su versión de los hechos. Mientras que Israel Torralba admitió que había planificado "la expropiación" junto con Silva Sande y Martín Ponce, todos ellos miembros del comando Central de los GRAPO, este último descargó toda la responsabilidad en Silva Sande porque los otros dos miembros tenían "voz pero no voto" en ese órgano.

"Silva Sande era el único responsable", insistió Martín Ponce. "Nosotros no queríamos atracar más furgones". "Se creía un cowboy", insistió Martín Ponce, que aseguró que su ex compañero proponía siempre "agujerear guardias jurados" y "tirar de escopetas recortadas". "Le expulsamos por la masacre que había causado y en la que podía haber muerto algún camarada", prosiguió. También le acusó de abusar sexualmente de varias compañeras ofreciéndoles "puestos de responsabilidad" en la organización.

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