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Tres muertos en el salón de casa

Una mujer y tres de sus hijos vivieron durante semanas con los cuerpos en descomposición del padre y otros dos niños en San Martín de Valdeiglesias

F. Javier Barroso

Poco imaginaban ayer la policía y la Guardia Civil lo que iban a encontrar cuando entraron en un chalé de San Martín de Valdeiglesias (8.000 habitantes). El taiwanés Pi Kun Lee, de 46 años, y dos de sus cinco hijos, de cuatro y 15 años, estaban muertos en avanzado estado de descomposición en el salón. La mujer, de 44 años, y los otros tres hijos permanecían allí en un ambiente de inmundicia y suciedad. Presentaban síntomas de posible malnutrición, según informó el alcalde de la localidad, Pablo Martín (PP).

La Policía Local acudió por la mañana al chalé, en el número 35 de la calle de Benavides de Órbigo, en el que residía esta familia originaria de Taiwan. Cuando llegaron los agentes, les abrió la puerta la hija mayor del matrimonio, de 14 años, que estaba a punto de desfallecer. Ante esta situación, decidieron acudir al juzgado de guardia de Navalcarnero, donde solicitaron una orden de entrada y registro, según informaron fuentes municipales.

La madre y los otros tres hijos fueron trasladados al hospital
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Cuando regresaron los agentes de la Policía Local con la orden judicial, hacia las cuatro de la tarde, solicitaron la presencia de la Guardia Civil. Nada más entrar en la vivienda de los Lee se toparon con los tres muertos en el salón. Los agentes solicitaron la presencia de un grupo especializado en problemas nucleares, biológicos y químicos por si se trataba de una enfermedad contagiosa grave. Pero la Policía Judicial de Arroyomolinos y de Criminalística de la Guardia Civil decidieron entrar.

Los tres cadáveres presentaban un avanzado estado de descomposición. Supuestamente sufrieron algún tipo de enfermedad vírica (posiblemente meningitis o una afección similar) que se fueron contagiando entre ellos. Las primeras investigaciones apuntan a que primero murió la niña de cuatro años, después el niño de 15 y por último el adulto. "Estaban muy idos, como en estado de shock, y casi no hablaban. Se encontraban muy sucios y parecían demacrados", explicó una vecina que vio salir a los niños.

Ninguno de los tres fallecidos presentaba síntomas de violencia, por lo que se descarta el homicidio o el asesinato. Serán las autopsias las que determinen las causas exactas de los fallecimientos. Lo que sorprendió a los agentes que entraron fue la abundante suciedad que había en el salón, mientras el resto de la vivienda estaba en perfectas condiciones.Según algunos testimonios, la familia había sido influida por algún tipo de brujo o profeta de su país, que les había obligado a permanecer con los cadáveres en el chalé. La Guardia Civil está investigando este dato, que podría ser la causa de que la mujer no diera cuenta a las autoridades de lo que había ocurrido y los mantuviera en la casa por si fuera algo de carácter místico. "Los chicos no han parado de gritar cuando les han subido a la ambulancia que les llevaba al hospital. No querían marcharse de aquí", explicó una vecina.

La madre y los tres hijos vivos de la familia Lee (dos niñas de 11 y 14 años y un varón de seis) fueron trasladados a la Fundación Hospital Alcorcón para ser sometidos a un amplio reconocimiento médico.

El alcalde de San Martín de Valdeiglesias se acercó al lugar del suceso. Pedro Martín destacó que la familia nunca había dado problemas en el municipio ni tampoco habían acudido a los servicios sociales para pedir ayuda. "Están empadronados desde el verano de 2006. Ni siquiera en estos meses de tanta crisis habían ido al Ayuntamiento para que les diéramos alimentos", explicó el regidor. La junta municipal de gobierno del Ayuntamiento de San Martín tiene previsto reunirse hoy por la mañana con carácter urgente para declarar dos días de luto.

"Nos hemos encontrado con una tragedia, pero estoy seguro de que si la policía y el protocolo contra el absentismo escolar no hubiera funcionado, el resto de la familia podría haber muerto también de inanición o por la suciedad. Hemos evitado, seguramente, otra tragedia aún mayor", concluyó el regidor. Desde el pasado 17 de noviembre, ninguno de los niños había acudido ni al colegio Virgen de la Nueva ni al instituto Pedro Tolosa, ambos públicos y situados en San Martín de Valdeiglesias. En la región, los encargados de seguir el absentismo laboral son los ayuntamientos tras firmar convenios con la Consejería de Educación.

La Guardia Civil precintó, por orden judicial, la vivienda hasta que se sepa la causa exacta de las muertes. El alcalde descartó que existiera riesgo de infección o eventuales problemas sanitarios para el resto de la población.

La familia estaba de alquiler, pero no pagaba las cuotas desde hacía algunos meses, según sus vecinos. El padre de familia trabajaba en una empresa de importación y exportación con sede en Alcorcón. Todas las mañanas, desde hacía meses, se le veía en el autobús. No así en las últimas semanas. La mujer no tenía oficio conocido. Se dedicaba a cuidar de sus hijos y de la casa, según los residentes de la zona. "Hoy la hemos visto vomitando en medio de la calle. Después una vecina la ha visto en el centro de salud de la localidad. Estaba bastante mal, pero no nos ha dicho lo que le pasaba", explicó una mujer. "Todo esto es muy raro porque al principio los niños iban muy limpios al colegio y muy aseados. Ha habido un cambio muy repentino, como de la noche al día", concluyó una vecina.

Calle de Benavides de Órbigo, en San Martín de Valdeiglesias, donde la Guardia Civil encontró los cadáveres de un hombre y dos niños.
Calle de Benavides de Órbigo, en San Martín de Valdeiglesias, donde la Guardia Civil encontró los cadáveres de un hombre y dos niños.CARLOS ROSILLO

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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