Una familia convive un mes con el padre y dos hijos muertos
La Guardia Civil investiga si la familia fue influenciada por un brujo taiwanés
Macabro hallazgo en un chalé adosado de San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Un hombre de 46 años y dos de sus cinco hijos, de cuatro y 15 años, estaban muertos y en avanzado estado de descomposición en el salón de la vivienda. La mujer, de 44 años, y los otros tres hijos -malnutridos, al borde del desfallecimiento y como embrujados- seguían conviviendo con ellos en un ambiente de inmundicia y suciedad.
La Policía Local acudió por la mañana al chalé, en el número 35 de la calle de Benavides de Órbigo, en el que residía esta familia originaria de Taiwan. Desde el 17 de noviembre, ninguno de los niños había acudido ni al colegio ni al instituto local, lo que motivó la visita a la casa de la Policía Local. Les abrió la puerta la hija mayor del matrimonio, de 14 años, a la que vieron con síntomas de desfallecimiento palpables. Lo que intuyeron los llevó a pedir una orden judicial de entrada y registro.
Regresaron a las tres de la tarde con la Guardia Civil. Nada más entrar a la vivienda vieron el salón lleno de basura. En un lateral estaban los tres fallecidos en descomposición. Supuestamente sufrieron algún tipo de enfermedad vírica (posiblemente meningitis) que se fueron contagiando entre ellos. Las primeras investigaciones apuntan a que primero murió la niña de cuatro años, después el niño de 15 y, por último, el adulto. A los agentes les sorprendió que mientras el salón estaba putrefacto, el resto de la vivienda estaba en perfectas condiciones.
"Estaban muy idos, como en estado de shock, y casi no hablaban. Además de sucios, parecían demacrados", explicó una vecina que vio salir a los niños. Algunos testimonios apuntan a que la familia había sido influida por algún tipo de brujo de su país, que les habría obligado a convivir con los cadáveres. La Guardia Civil investiga este extremo, que podría ser la causa de que la mujer no diera cuenta a las autoridades de lo ocurrido y se quedara en la casa. "Los chicos no han parado de gritar cuando les han subido a la ambulancia que les llevaba al hospital. No querían marcharse de aquí", explicó una vecina.
La madre y los tres hijos vivos fueron trasladados al hospital Alcorcón para ser sometidos a un amplio reconocimiento médico a fin de conocer si sufren algún tipo de enfermedad.
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