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Gobierno y PNV suavizan su tensión en clave de guiño al entendimiento

Mendia y Urkullu intercambian gestos como oferta de una "relación fluida"

Gobierno y PNV dejaron claro ayer que están condenados a entenderse. No lo manifestaron con palabras literales, pero sí mediante circunloquios de parecido significado que han de interpretarse como gestos en busca de una "relación fluida". Las puertas del acuerdo las entreabrió anteayer Patxi López con el anuncio de su intención de llamar a Iñigo Urkullu para institucionalizar los contactos. El presidente jeltzale se mostró ayer más que dispuesto a mantener "cuantas reuniones hagan falta" con el lehendakari. El camino lo terminó de allanar la portavoz del Ejecutivo socialista, Idoia Mendia, quien confirmó que el acuerdo de bases firmado con el PP "en ningún caso será obstáculo".

El pacto de bases con el PP "no será obstáculo", según el Ejecutivo socialista

Urkullu bajó un nuevo peldaño en la dureza de su discurso y apenas opuso condiciones al entendimiento. En una entrevista concedida a Radio Euskadi, el líder nacionalista delegó en López la determinación de si los encuentros entre ambas partes han de ser "discretos" o "públicos" y subrayó que "si sólo es cuestión de ir a una reunión para hacerse la foto, pues vale", aunque se mostró más partidario de mantener encuentros que permitan lograr "algo productivo". Su objetivo pasa por "profundizar en las cuestiones que el PNV está dispuesto a seguir planteando para dar respuesta a las necesidades reales de los ciudadanos, a las necesidades globales del País Vasco y a lo que pueda suponer una mejora del autogobierno".

Urkullu no quiso desconfiar de las buenas intenciones del lehendakari con su anunciada convocatoria, aunque recordó que desde que lo es, sólo se han producido entre ambos una reunión y alguna conversación telefónica "en momentos puntuales". En este sentido, descartó la "falta de química" aludida por López como excusa. "Si con alguien me falta no es precisamente con él por historias anteriores", aseguró, en un evidente guiño a la distensión entre las dos fuerzas mayoritarias del espectro político vasco. "No es una cuestión de si me cae mejor o peor, sino de ejercicio de responsabilidad", zanjó.

La suculenta oferta encontró horas después una respuesta afirmativa, aunque tamizada, al otro lado de la barrera. A la conclusión del Consejo de Gobierno semanal, Mendia insistió en que el Ejecutivo pretende tener "una relación fluida con todos los grupos", aunque elevó en el escalafón de prioridades al "principal", como definió al más representado en la Cámara. PSE y PNV, no en vano, son conscientes de que su acuerdo es el que reclama la mayoría de la sociedad vasca, según se ha podido comprobar en diferentes sondeos. El último, el Euskobarómetro de diciembre.

Quizá por ello, y en un claro intento por destacar que "el margen de maniobra" socialista es amplio pese al pacto de bases firmado con el PP, Mendia recalcó que la autonomía del lehendakari ha quedado "demostrada" a lo largo de sus ocho meses de mandato en múltiples acuerdos. El contexto de concordia sirvió también a la portavoz del Gobierno para aclarar que el trato entre López y Urkullu "es fluido y bueno". Según consideró, su relación ha sido correcta hasta la fecha y se confirmará en breve con el anunciado encuentro oficial, pese a que el lehendakari no se ha puesto en contacto aún con el líder de la oposición.

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