La caída de la venta de plantones confirma el declive del sector citrícola
El declive del cultivo de naranjos, la seña de identidad agraria valenciana desde hace un siglo, parece imparable. Después de varios años en los que agricultores y organizaciones profesionales como Intercitrus han venido advirtiendo sobre la caída de la rentabilidad hasta niveles difíciles de mantener, ayer se conoció que la venta de plantones (los naranjos jóvenes, que garantizan la continuidad de la actividad) se ha derrumbado de forma histórica.
Entre 1991 y 1999 se vendieron anualmente 4,12 millones de pies de naranjos. Entre 2000 y 2006, el número creció hasta los 4,18 millones al año. En los tres últimos ejercicios, sin embargo, las unidades vendidas no alcanzaron los 2,5 millones. Y en 2009 la caída llegó a cotas desconocidas: 1,93 millones, cifra que la organización agraria AVA-Asaja calificó de "ridícula".
La venta de naranjos jóvenes cae a 1,93 millones, una cifra "ridícula", según AVA
Los datos de la Consejería de Agricultura recopilados por AVA (que suponen cerca del 80% de los plantones que se comercializan en España) indican que ninguna variedad de cítricos (naranjas, mandarinas, limones y pomelos) se ha salvado del desplome. "La citricultura española ha dejado de contar con las nuevas plantaciones de árboles jóvenes que cada año favorecían un progresivo incremento de producción y alimentaban el floreciente negocio de los viveros", señaló la organización.
El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, reclamó una política dirigida a lograr un crecimiento ordenado de la citricultura, y medidas que estabilicen la superficie y producción nacional sobre un mapa varietal "rico y adaptado al mercado". "Que sean otros los que crezcan sin sentido, pero que la cantidad no desbanque nunca a la calidad en nuestra oferta", declaró.
En la última década la producción valenciana se ha enfrentado a la competencia no sólo de otras comunidades autónomas españolas que han ampliado su superficie cultivada, sino a la de países ribereños del Mediterráneo (desde Marruecos a Turquía pasando por Egipto) donde existen costes de producción muy inferiores.
El momento crítico que vive el campo (y la economía en general) queda de relieve en otra estadística, en este caso del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino: por primera vez desde 1994, en 2008 los precios de la hectárea de cítricos cayeron, por encima de la media de otros cultivos, un 14,2%. Aguado lamentó que el Plan Nacional de Reconversión Varietal, puesto en marcha el año pasado, sólo financie entre un 40% y un 50% de los costes. "Insuficiente", dijo, "dada la alarmante descapitalización del citricultor".
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