_
_
_
_
Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Aleta de tiburón? No, gracias

Sudestada estrena un nuevo local en Madrid donde el Estanis Carenzo sorprende con su fusión asiática

José Carlos Capel

Después de dos años de arduas tentativas, el restaurante Sudestada se ha trasladado del incómodo aunque divertido local que ocupaba en la calle Modesto Lafuente, siempre acuciado por largas listas de espera, a un espacio más moderno, de estética algo fría e iluminación tenue que hace justicia al chispeante nivel de su cocina. Si desde el mismo momento de su desembarco en Madrid los platos del argentino Estanis Carenzo, profesional a quien fascina la cultura de Japón y los sabores del sureste asiático, han seducido a legiones de adictos, ha sido por el vigor de sus recetas, particularmente gustosas, entresacadas del inabarcable arsenal gastronómico de Vietnam, Singapur, Camboya y Malasia.

Sudestada

PUNTUACIÓN: 7,5

Ponzano, 85. Madrid. Teléfono: 915 33 41 54. Cierra: domingos. Precios: entre 40 y 55 euros por persona. Menú, 38 euros. Samosas Sudestada, 12 euros. Cerdo salteado al lemon grass, 19 euros. Carrillera de vaca al curry rojo, 20 euros. Flan de té a la miel de arce, 6 euros.

Platos fragantes, bien especiados y picantes, poco aptos para paladares adocenados, que desbordan todas las expectativas. "Me inspiro en recetas populares que se degustan a pie de calle", asegura Carenzo. "No me seducen los alimentos icono que en Oriente alcanzan cotizaciones escandalosas, como la aleta de tiburón, el abalone o los nidos de golondrina, todos insípidos. Del recetario indio me arrebatan sus curries". En resumen, cocina de alto voltaje que en España encuentra una réplica equiparable en las mesas de Indochine (Muntaner, 82. Barcelona), donde el camboyano Ly Leap elabora platos memorables. Recetas fascinantes en ambos casos, caracterizadas por la fusión y la libertad interpretativa, en las que concurren curries rojos o verdes, cúrcuma, galanga, jengibre, menta fresca, ajos, frutos secos, sésamo, citronela, algas y cilantro.

Fermentado en 'wasabi'

Para iniciar el menú, una incisiva sopa agripicante con setas enoki, huevo batido y sésamo. Y a modo de aperitivo, un pulpo fermentado con wasabi (rábano picante), que mejoraría si se intensificaran sus notas ácidas. Con las samosas (empanadillas) de curry rojo y garbanzos, en compañía de un chutney de mango (salsa fría) al cilantro, se rinde homenaje a la cocina india. Y con los rollitos de cerdo y cangrejo entre hojas de lechuga y hierbas aromáticas, a una parcela de la vietnamita.

Sin ningún tipo de dudas, las preferencias de Carenzo las acapara el alma gastronómica de Vietnam, según refrenda la carta donde figuran especialidades insoslayables como el suculento lon xao sa (cerdo salteado a la citronela). Cocina de contrapuntos marcados, presidida por la dualidad acidez-picante, en la que se prodigan texturas inesperadas, sensaciones amargas y notas dulces o yodadas.

Resulta muy gustosa la brocheta indonesia de cordero, a pesar de que contiene más sal de la cuenta, que se sirve con arroz crocante y garbanzos, y toques de ñoc man (jugo de pescados fermentados en sal), además de raita (yogur fresco de cabra, manzana y cilantro) y pickles (encurtidos de verduras). Y es entusiasmante la ensalada de lengua con algas wakame. Por último, una gelatinosa carrillera de vaca al curry rojo.

Es una lástima que los postres, que intentan alcanzar el nivel de lo salado, no terminen de dar la talla. Delicado el flan de té a la miel de arce y poco convincente el biscuit con salsa inglesa y agua de coco.

Aunque para esta comida tal vez la mejor bebida sea la cerveza, en su lista de vinos militan botellas que recalcan la sensibilidad de la casa. Tampoco hay que olvidarse de sus cócteles, algunos (thai lemon) absolutamente refrescantes.

Comedor del restaurante Sudestada, en su nueva ubicación en la calle de Ponzano de Madrid.
Comedor del restaurante Sudestada, en su nueva ubicación en la calle de Ponzano de Madrid.SANTI BURGOS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_