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Reportaje:

Colotto cumple su reto

El argentino supera la decepción inicial y se asienta en la zaga del Deportivo

En Argentina a Diego Colotto le llamaban El Conde, apelativo que identificaba a un defensor de jerarquía y cierta elegancia, en lo futbolístico un cinco reconvertido del mediocentro a la zaga, en lo personal a un chico de provincias que llegó con sus padres en busca de fortuna a La Plata, en el área metropolitana de Buenos Aires. Fue en 2001, justo antes de cumplir los 20, cuando comenzó a tocar el cielo. En febrero debutó con Estudiantes, en julio alzó los brazos como campeón del mundo juvenil en una selección liderada por Saviola, D'Alessandro y Maxi Rodríguez. Colotto fue el único jugador que disputó todos los minutos del campeonato y cerraba la zaga alternando con Coloccini o Burdisso, que con el tiempo llegaron a grandes equipos europeos.

"Hay defensas más explosivos, pero la experiencia cuenta", advierte
Sondeado por el entorno de Maradona, Suráfrica está en su horizonte

A Colotto le costó dar el salto. "Estaba en un equipo que tampoco tenía una necesidad perentoria de vender futbolistas, en casa, con mi familia, y cuando se dio la opción de salir surgió la posibilidad de ir a México y allí también me sentí muy cómodo", rememora. El fútbol azteca es un destino apetecible para un profesional del balón, una Liga competitiva, con un amplio seguimiento mediático y buenos salarios, pero el Conde siempre quiso estar con la nobleza futbolística. Por eso cuando el Deportivo se fijó en él, con 27 años cumplidos y una ilusión por cumplir, sintió que era el momento. También por eso tras una primera temporada sin apenas opciones tomó el pasado verano la decisión de quedarse en España, cortejado como estaba por medio fútbol mexicano."Me compensaba más el reto de jugar en esta Liga que lo económico. Cuando vine pensé que igual era la última oportunidad y por eso me aferré y no quería irme sin haber tenido continuidad ni protagonismo, regresar y pensar luego que no triunfé por falta de oportunidades", matiza.

Durante su primer año en Galicia no jugó cuatro partidos seguidos. Llegó a un equipo hecho, el último día del mercado, tras una agónica negociación al más puro estilo Lendoiro. Le costó adaptarse, padre de una niña y de un pequeño que nació al poco de llegar a A Coruña, llegaba de Guadalajara, en Jalisco -"una ciudad más grande que tiene un microclima de 25 grados", apunta-, un buen sitio para vivir. "Allí se percibe la inseguridad a través de los medios de comunicación y lo que cuentan que rodea al mundo del narcotráfico, pero si no estás dentro de ese círculo no tienes ningún tipo de problemas. En Argentina es diferente porque la inseguridad nace de la falta de recursos de mucha gente que consigue una pistola y sale a la calle a robar". En A Coruña la aclimatación llegó con el crecimiento profesional. Sus primeros partidos no dejaron buenas sensaciones, por más que mostrara una inusitada capacidad realizadora. Colotto es el rey del segundo palo, un rematador letal en acciones de estrategia. "Es una cuestión de convicción", revela. Pero se le etiquetó de lento, de jugar a un ritmo inferior al europeo. Resultó que en realidad era un diésel. "El fútbol aquí es diferente, exige un elevado nivel físico. Seguro que hay defensores con más explosividad, pero tampoco son tantos y la experiencia, la colocación o saber manejarse en el campo también cuenta bastante", argumenta.

Lotina siempre creyó en él, también José Luis Ribera, auxiliar del técnico deportivista y pilar de la mejor zaga defensa de la historia del club, en ciertos matices un futbolista de corte similar al de Colotto. "Queremos verle hacer la pretemporada y comenzar al ritmo de sus compañeros", explicaban los técnicos. Tras la derrota ante el Espanyol en la tercera jornada de Liga le hicieron un hueco en el once en perjuicio de Zé Castro, uno de los destacados la temporada anterior y que ante la eclosión de su compañero empieza a moverse para buscar una salida del equipo en busca de minutos. En su horizonte está el Mundial de Suráfrica, también en el de Colotto, que confiesa haber recibido sondeos desde el entorno de Maradona, que sabe que no dispone de mucho tiempo para convencer al seleccionador argentino, pero que sueña con volver a vestirse de albiceleste.

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