El agujero africano del Barça

Comparece en escena el Barça, equipo invencible la temporada anterior. Recibe al Villarreal, engorroso por definición para los azulgrana cuando lo dirigía Manuel Pellegrini y entonado ahora tras un inicio titubeante con Ernesto Valverde. Este Barcelona, sin embargo, no es el mismo que el del año anterior, por más que mantenga la filosofía de juego y se defina por el balón. Touré está en Angola y de camino va Keita (aún en Barcelona por lesión) para el inicio de la Copa de África, por lo que condicionan al equipo desde la alineación. Piqué, Márquez, Chigrinski o Iniesta tirarán de polivalencia. Sobre todo Iniesta, que ayer recibió el alta, una vez superada su lesión muscular sufrida en la semifinal del Mundial de Clubes. Jonathan Dos Santos, por si acaso, también se asoma.

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Touré es un medio centro de contención que se ha destapado en el último año como un conductor notable y un buen constructor cuando juega al primer toque. Pero la eclosión de Busquets, tan completo en la fase defensiva como en la ofensiva, le ha restado protagonismo. Touré contabiliza 590 minutos en la Liga, por los 893 de Busi, que tampoco ha completado tres partidos seguidos en lo que va de ejercicio. Guardiola atiende la superpoblación en el eje de la zaga -Milito ha regresado- y medita que uno de los tres dé un paso adelante cuando las piernas de Busquets no lleguen. No es una demarcación nueva para Márquez, que se atornilló ahí durante una época de Rijkaard, ni para Piqué, que se curtió como medio centro en el filial del Manchester y también jugó un par de partidos durante su cesión al Zaragoza de hace tres años. Chigrinski, a su vez, probó unos minutos en el amistoso de Kuwait ante el Kazma Sporting. "Yayá es fundamental, pero tengo opciones para suplirlo. No estoy nada preocupado", resolvió Guardiola.

La incidencia de Keita en el equipo es mayor. Suma 1.154 minutos en la Liga, sólo por detrás de Valdés (1.410) y Xavi (1.285). Como volante izquierdo, sus incombustibles pulmones le multiplican por el césped y su facilidad para llegar al remate desde la segunda línea -cuenta seis goles, a rebufo de los delanteros Messi, Ibrahimovic y Pedro-, le ha procurado la titularidad. Su ausencia podría causar un efecto dominó; Iniesta retrasa su posición a la medular y Henry recupera el extremo izquierdo, con permiso de Bojan. El Barça, entonces, mantendría con mayor soltura la posesión de la pelota, pero quizá mezclaría en posiciones más retrasadas de lo habitual. Xavi e Iniesta como organizadores y Henry para dar profundidad al juego. Llega bien pero justo el manchego, por lo que pide turno Jonathan Dos Santos, futbolista de toque que combina bien con la línea superior y pierde pocos balones. Le falta un poco de físico. No le preocupa a Guardiola, nada temeroso a la hora de dar minutos a los juveniles.

El Barça fue el último en iniciar los entrenamientos tras el parón navideño y de los primeros en retomar la competición liguera. No está Jeffren por lesión, Keita y Touré se jugarán las castañas en Angola y Messi llega hoy a Barcelona de Argentina, por lo que no estará ante el Villarreal. "Estar con la familia es básico, es lo primero. No me planteo la posibilidad de convocar a Leo. Ya lo hice igual el año pasado", señaló Guardiola. Se barrunta un equipo distinto al Barça que lo ganó todo el año pasado. "El mercado de invierno te ofrece posibilidades y no hay nada cerrado. Pero estoy contento con los que somos", convino Guardiola. Y remató: "Este enero no se escapa de jugar". Hasta pueden participar alguno de los canteranos que entró en la convocatoria, como Assulin, Víctor Vázquez, Thiago y el propio Jonathan.

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