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Reportaje:

Vendo calendarios para comprar condones

Asociaciones, ONG y particulares buscan publicidad y financiación en tiempos de crisis con almanaques solidarios para todos los gustos

Pilar Álvarez

Todas las casas tienen uno. Dan la medida del tiempo. Y, a veces, aprovechan para reivindicar, provocar o conseguir fondos. Son los calendarios solidarios. Por unos euros (entre 10 y 15) decoran algún rincón del salón, la habitación, la oficina... Tras el boom de bomberos, policías y azafatas ligeros de ropa por una buena causa, la moda se expande. Está el calendario solidario de la periodista Ana Rosa Quintana con famosos como la cantante Rosa; el de la Fundación del Atlético de Madrid con técnicos y jugadores junto a niños autistas; la propuesta de Intermon Oxfam (que emplean imágenes de países remotos) o los magos solidarios de la Fundación Abra Cadabra.

Algunos llevan años en este negocio. Otros, como las Moteras Solidarias, acaban de empezar. Para Mari Luz Mateos y sus amigas preparar un calendario fue casi un juego. Se subieron a una moto -propia o prestada-, con la idea de recaudar fondos para el hospital de tetrapléjicos de Toledo. Bastaron dos días de maquillaje y un par de sesiones en una explanada de Rivas Vaciamadrid y en un taller. Si a Lucía (mayo) le hubieran dicho hace unos meses que iba a protagonizar un almanaque en minifalda y sólo un sombrero sobre el torso desnudo, no se lo habría creído.

"No creo que ofenda a nadie", dice la modelo que posó como Virgen
A las Moteras Solidarias les costó un par de sesiones acabar el suyo

"No pensaba despelotarme tanto, no estoy acostumbrada, pero me ha gustado el resultado, insinúas pero no enseñas", asegura esta mujer de 36 años, de nacionalidad rusa, que ha cambiado su nombre real (Svetlana Leledeva) por uno más pronunciable. Los fondos de la venta -han impreso 1.000 ejemplares a cinco euros cada uno- los reservan para los amigos que han acabado en el hospital toledano después de sufrir un accidente con la moto.

"Nos pareció algo bueno para los chicos, es una forma divertida de ayudar", añade Mari Luz, promotora de la idea. "Ha sido todo muy amateur, entre nosotras, pero estamos muy contentas del resultado", asegura Mari Luz. "Y somos como salimos, aquí no hay Photoshop", presume Lucía.

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Sonia, Virgen de enero en el calendario de Cogam, sí necesitó retoques. "Sin el fondo que pusieron por ordenador, se vería a un tío sujetándome la corona". Viste túnica blanca, manto azul y decenas de preservativos repartidos por su cuerpo como pulseras, cinturón y collar. A Sonia Fernández, transexual de 36 años, se le escapa una risita cuando piensa en la que se ha montado. El calendario Los osos contra el SIDA. Pelos sí, a pelo no, repleto de imágenes religiosas ataviadas con condones, ha levantado una polvareda. El Observatorio Antidifamación Religiosa se querelló contra "la ofensa" del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), por las "escenas eróticas protagonizadas por la Virgen y los santos".

"Sabía que no iba a pasar desapercibido", confiesa Sonia. "Pero volvería a hacerlo, no creo que ofenda a nadie". Las quejas, explica, han provocado el efecto contrario. El calendario se vende más de lo que esperaban. Hasta la reconocen por la calle. Y ella, activista y limpiadora, está encantada: "Defiendo la causa". La causa significa, por un lado, lanzar un mensaje político.

"Reivindicamos un calendario que no incluya sólo festividades católicas", explica Luis Sánchez, portavoz de Cogam. Y, por el otro, conseguir fondos -el calendario se vende a 12 euros- para comprar preservativos. Varias ONG alertaron en septiembre del recorte de subvenciones tanto estatales como autonómicas para programas de prevención del sida. Como no han recibido respuestas, buscan sus propias soluciones.

Los 2.000 euros que espera recaudar la Fundación Triángulo (con 200 calendarios a 10 euros) también servirán para preservativos. La idea de la ONG, que trabaja con prostitutos, se fraguó en una piscina municipal. "Lo pensaron los chicos", señala Iván Zanero, coordinador del proyecto, que se publica por primera vez en Madrid. Una tarde de verano, en el agua, pensaron que estaría bien dar una imagen "alejada de la sordidez", según Zanero. Todos los protagonistas son prostitutos -chicos y transexuales-.

Colgaron el anuncio en una página de contactos. Se presentaron 20 candidatos de Madrid y Barcelona. Germán, un chico argentino de 28 años, fue uno de los elegidos. "La sesión fue superdivertida, lo pasé bárbaro", cuenta. Lleva cuatro meses en Madrid. Se prostituye con su chico porque, explica, la oferta en pareja se vende mejor. Posaron juntos y vestidos de cuero para la fotografía del calendario. Germán, que prefiere no dar su apellido, se apuntó porque el calendario le pareció una buena manera de devolver un favor. "Los de Triángulo nos dan material, nos visitan, nos brindan ayuda, lo merecen". Está acostumbrado a hacerse fotos -"las usamos para publicarlas en páginas de contactos"-, pero nunca había hecho algo "tan artístico".

Zanero asegura que fue una forma de "dignificar" a los prostitutos, "de los que nunca se habla". Germán cree que funciona como revulsivo "contra el tabú que hay contra esto de ser chapero".

Dos objetivos: conseguir fondos y lanzar un mensaje. En la asociación protectora de animales El Refugio saben bastante de esto. Para ellos, el calendario se ha convertido en tradición. "Hemos conseguido que sea un clásico", explica Ignacio Paunero, presidente de la asociación El Refugio. Aparecen 12 perros y gatos como estrellas de cine de clásicos como El Padrino o Indiana Jones. En 2009 vendieron 6.000 calendarios a 11 euros. Este año van por el mismo camino. "Es que ya hay gente que no se quiere quedar sin él", presume Panero. Más allá de la recaudación, les interesa propagar su trabajo, como dice el presidente: "Si conseguimos que el mensaje llegue a tu casa y se quede allí, hemos triunfado".

Una de las Moteras Solidarias en su calendario.
Una de las Moteras Solidarias en su calendario.
El polémico. La virgen de este mes de enero se llama Sonia. Es transexual y participó de forma voluntaria en el calendario de COGAM contra el sida. Su publicación es polémica por decorar con condones recreaciones religiosas.
El polémico. La virgen de este mes de enero se llama Sonia. Es transexual y participó de forma voluntaria en el calendario de COGAM contra el sida. Su publicación es polémica por decorar con condones recreaciones religiosas.

Sin relevo para el clásico zaragozano

"¿Una foto? Ni hablar". Rafael Escribano, de 76 años, dice que está muy mayor para la fama. Y que no la merece. Desde hace casi 60 años, este madrileño es el responsable de editar y preparar el calendario zaragozano, clásico de la sabiduría popular que sirve para decidir cuándo plantar la simiente, elegir el día de la boda con cierta garantía de que no lloverá o tener fresco el santoral.

El astrónomo Mariano Castillo y Ocsiero ideó este calendario hace 170 años. Desde entonces, siempre ha habido alguien que lo revise de un año para otro. Y por eso Escribano considera que no tiene mérito: "No estoy creando nada, está requetecreado". Después, tras un rato de conversación telefónica, admite medio en broma otra razón: "Imagínate que me equivoco y alguien me para por la calle porque le hizo mal día en su boda, no puede ser". Lo único que le llega, de momento, son cartas de felicitación.

En 2009 se vendieron 220.000 ejemplares en España. Sobre todo en Madrid, según Escribano, que no sabe las cifras concretas. Entre otras razones, porque se encarga personalmente de visitar los quioscos para que el anuncio quede bien visible. El calendario es su entretenimiento. Lo heredó de un editor que "se hizo mayor", como le está pasando a él. ¿Quién le va a relevar? "Amiga, eso sí que no lo sé, a los jóvenes esto no les convence", se lamenta. "¿Sabes lo que te digo? El que venga detrás que arree, nadie es imprescindible".

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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