Ike Aharonovitch, capitán del 'Exodus'

El capitán del Exodus, el navío que simbolizó el sufrimiento de las víctimas del Holocausto, murió el 23 de diciembre en el norte de Israel, a los 86 años. Nacido en 1923 en Polonia, Ike Aharonovitch realizó "una contribución única al Estado", expresó esta semana el presidente israelí Simón Peres en un comunicado: "No la olvidaremos nunca". La travesía del Exodus, una suerte de Auschwitz flotante, captó la atención de la prensa de todo el mundo desde su partida en 1947 y contribuyó a crear la conciencia colectiva que propiciaría un año más tarde la creación del Estado de Israel.

El Mossad había trasladado a 4.500 judíos a Francia, muchos de ellos procedentes de campos de concentración en Alemania. Desde Sète partió en 1947 el Exodus rumbo a Palestina, por aquel entonces todavía bajo control de los británicos. En el barco viajaban hombres, mujeres embarazadas y cientos de niños. Pero, cuando la nave estaba todavía fuera de aguas territoriales de la Palestina bajo mandato británico, la Armada Real abrió fuego para alejar de sus costas a los que consideraba inmigrantes ilegales. David Ben Gurion, al frente de la comunidad judía, ordenó a los tripulantes del Exodus que se rindieran, pero Aharonovitch y el resto de pasajeros se negaron y acabaron envueltos en una batalla que se saldó con tres vidas y decenas de heridos.

Devuelto a Francia, el pasaje se negó a desembarcar durante un mes

Las peripecias de los refugiados inspiraron el filme del mismo nombre

Las autoridades británicas terminaron por trasladar la embarcación hasta la ciudad de Haifa. "El viernes 18 de julio de 1947, justo antes de la puesta del sol de Shabat, un barco de pasajeros llegaba a Haifa: el Exodus 1947", relata el historiador Tom Segev en su libro El séptimo millón. Los israelíes y el Holocausto. Allí, repartieron a los pasajeros del Exodus en tres barcos, que enviaron de vuelta a Francia, donde se negaron a desembarcar durante cerca de un mes, casi sin comida, en pleno mes de agosto. La prensa internacional cubrió con detalle el sufrimiento de estos supervivientes del Holocausto. Por fin fueron trasladados a Hamburgo, por entonces bajo control británico, e internados en campos, desde donde muchos de ellos lograron finalmente viajar a Israel.

El capitán Aharonovitch, siendo todavía un niño, se trasladó con su familia a Palestina. Trabajó en buques mercantes hasta que, a los 23 años, le llegó la que sería la misión de su vida: capitanear el Exodus. Antes se había alistado en la Palmaj, la unidad de élite de la Hagana, la organización paramilitar de los judíos del mandato británico que fletó el Exodus. Aharonovitch lo capitaneó y, según los historiadores, fue el alma del navío que luchó por quebrantar el bloqueo británico impuesto a los inmigrantes judíos. Aharonovitch vivió los últimos 15 años de su vida en una casa con forma de barco y grandes ventanas con vistas al mar Mediterráneo, según recogía esta semana la prensa israelí.

Las peripecias del Exodus sirvieron de esqueleto narrativo para la novela de Leon Uris que más tarde llegó a las pantallas de cine, en una película homónima protagonizada por Paul Newman en 1960.