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Reportaje:LOTERÍA | Primer premio - 78.294

Del pesimismo a la euforia en 12 horas

El 78.294, bálsamo para cientos de empleados de Viajes Marsans, una empresa de Díaz Ferrán

Qué ironía: si hace dos días la compañía aérea Air Comet anunciaba su cierre, el concurso de acreedores y el despido de la plantilla, ahogada en múltiples deudas, ayer el gordo del sorteo extraordinario de Navidad caía sobre centenares de empleados de Viajes Marsans. Lo curioso del asunto es que ambas empresas forman parte del Grupo Marsans, uno de cuyos propietarios es Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la patronal CEOE.

Así lo cantaron las niñas de San Ildefonso Alicia Rodríguez y Yahaira Gonzaga a las 11.38: el número 78.294 se llevaba el gordo de este año. El premio se vendió íntegro en la administración 146, en la calle de Bravo Murillo, 201, en Madrid. Cada décimo impreso con el número mágico tomó, de pronto, y como encantado por la voz de las chiquillas, el valor de 300.000 euros. Lo que suma muchos madrillones.

"Me pillas con todo el subidón", asegura desde Lanzarote un agraciado
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Un poco más al norte, en el número 260 de la misma calle, Gema, de 37 años, oriunda del centro de la capital, cerca de la plaza Mayor, trabajaba sola en la mañana lluviosa y gris de ayer dentro de una agencia de Viajes Marsans. Como un día más, ajena a lo que se le venía encima. Había tenido problemas sintonizando la radio y no podía escuchar el sorteo. "Entonces me llamó mi compañero Luis y me dijo que creía que nos había tocado el premio. Yo no llevaba el décimo encima, así que no lo podía comprobar. No sabía si creérmelo", contaba, azorada, Gema.

La dirección regional de Viajes Marsans de la zona Centro (que controla 200 oficinas en ocho provincias del corazón de la Península y en Canarias) había reservado el número y los trabajadores de esta empresa y de Viajes Crisol (del mismo grupo empresarial) habían tenido la opción de participar en el sorteo con esos décimos.

En la silenciosa oficina, la agraciada ocupa una de las cuatro sillas rojas -las otras tres estaban vacías ayer-, rodeada por ordenadores, teléfonos y papeles. Daba la impresión de que allí no ocurría nada. Pero al poco rato de conocerse el premio, comenzaron a presentarse periodistas interesándose por la historia de Gema, que, a pesar de haber ganado el gordo, todavía tenía que trabajar hasta la una y media. "Voy a salir en todas las radios", reía algo abrumada.

Los teléfonos no paraban de sonar, y Gema, con el pelo teñido en rojo pasión, parecía superar el agobio de la prensa con la alegría de poseer 300.000 euros más que los que tenía sólo unas horas antes, cuando madrugaba para ir a trabajar. "Compré un décimo para mí, otro para mi hermano y otro para mi madre, que me ha llamado llorando. Yo lo primero que he hecho fue llamar a mi novio".

Llorando, pero por nada alegre esta vez, llamó también una compañera de la empresa: no había comprado participaciones -era una de las pocas- y se había quedado con las manos vacías mientras los millones florecían por doquier a su alrededor.

"Voy a aprovechar para tapar agujeros, sobre todo la hipoteca, y hacer un viaje... ¡con Viajes Marsans, claro!", bromeaba Gema con un anaquel a la espalda repleto de las coloridas revistas de destinos exóticos con las que a diario planifica los viajes de sus clientes.

Los artífices del milagro fueron Mariano Martínez, de 38 años, y Julio Martín, de 56, los dos empleados que reservaron el número. Lo contaba Mariano por teléfono desde sus vacaciones en Lanzarote: "A mediados de noviembre, el jefe nos encargó que compráramos la lotería para toda la empresa. Enseguida pensamos en la administración de Bravo Murillo que es a la que Marsans le ha comprado toda la vida. La lotera nos dio a elegir entre tres o cuatro números. '¿Cuál os apetece?', nos preguntó. Julio eligió el 78.294, que le parecía más bonito. Y así fue. Nos lo apartaron íntegro hasta el 15 de diciembre".

Suerte la de Mariano y Julio y sus compañeros. Pero hubo otros que se quedaron sin millones por comprar sus participaciones en administraciones cercanas a la nueva sede de Marsans en Campo de las Naciones. Es el caso de los empleados de Mundicolor, la central de reservas. "En nuestro departamento le ha tocado al jefe y a un puñado de compañeras que tenían amigos en el departamento donde ha tocado", decía resignada una trabajadora ayer en la entrada de las inmensas oficinas de la central.

Los empleados de las agencias de Madrid tuvieron que comprar en la misma ventanilla de la administración. Los de fuera pudieron reservarlo vía fax y la administración se encargó de enviarles el décimo por mensajería.

"Me pillas con todo el subidón", exclamaba Mariano desde Lanzarote. "Yo tengo un décimo y me acaban de llamar para darme la buena noticia. Debería estar ya en Madrid, pero mi vuelo se canceló ayer [por anteayer]. Ahora estoy deseando volver para celebrarlo. Los compañeros no paran de llamarme para darme las gracias".

"Lo bueno", agregaba Mariano, "es que el premio está muy repartido entre los empleados. Con los sueldos que tenemos lo normal es que la mayoría de nosotros sólo haya comprado uno o dos décimos". "Ni siquiera éramos mileuristas, sino ochocientoeuristas", señaló a la prensa Marta Holgado, una empleada de 25 años del Departamento de Grupos de la Dirección Regional Centro. Con lo que recibirá por haber comprado el 78.294 piensa pagar la hipoteca y comprarse un coche nuevo. "El viejo tiene roto el aire acondicionado", dijo.

Su compañero Julio Martín, el hombre tocado por la suerte que eligió esa combinación de cinco cifras, atendía al teléfono desde la oficina: "El mérito es de la administración, que fue la que nos ofreció las series ganadoras. Es a ellos a quien hay que darles las gracias. Lo importante es que ha tocado a gente que lo necesitaba".

En un restaurante cerca de la sede de Campo de las Naciones, 30 empleados agraciados festejaban con champán al mediodía. El lunes se habían acostado con la desalentadora noticia del despido colectivo en la empresa hermana, Air Comet. Su estado de ánimo ha pasado de un sombrío pesimismo a la euforia desatada, todo en poco más de 12 horas. "Lo estábamos pasando muy mal. La empresa se ha portado bien y nos ha pagado religiosamente, pero ha sido un año muy malo", reconocía ayer un trabajador jubiloso, copa en mano.

Dos empleados del Grupo Marsans celebran el primer premio del sorteo de la lotería junto a la sede de la compañía de viajes.
Dos empleados del Grupo Marsans celebran el primer premio del sorteo de la lotería junto a la sede de la compañía de viajes.EFE
La administración de Bravo Murillo que ha vendido el primer premio de la Lotería de Navidad, el 78.294.
La administración de Bravo Murillo que ha vendido el primer premio de la Lotería de Navidad, el 78.294.LUIS SEVILLANO
Poco antes del mediodía, los niños del Colegio de San Ildefonso cantaban el número agraciado con el Premio Gordo de la Lotería de Navidad. EL 78.294, dotado con 3 millones de euros y que se ha vendido íntegramente en Madrid.Vídeo: VNEWS
Poco antes del mediodía, los niños del Colegio de San Ildefonso cantaban el número agraciado con el Premio Gordo de la Lotería de Navidad. EL 78.294, dotado con 3 millones de euros y que se ha vendido íntegramente en Madrid.<p class="figcaption estirar"><span class="titulo"><a href="http://www.elpais.com/multigalerias/espana/Loteria/Navidad/2009/20091222elpepunac_2/Zes">VIDEOGALERIA: Lotería de Navidad 2009</a></span>Vídeo: VNEWS

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