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Las consecuencias de la ola de frío

Tempestad política tras el temporal

La dirección del PP ataca al Gobierno, pero Aguirre y Gallardón le exculpan - La nieve y el hielo obligan a cancelar 322 vuelos y dejan a 2.500 viajeros sin AVE

El otoño se despidió ayer con una gran nevada que causó importantes colapsos en las entradas a Madrid y el cierre parcial del aeropuerto de Barajas y las principales líneas del AVE. Un temporal que, como ocurrió con el del pasado 9 de enero, ocasionó la consiguiente tempestad política. Aunque el temporal fue menos intenso, según Meteorología, a primera hora de la mañana, el portavoz de Fomento del PP, Andrés Ayala, ya acusaba al Gobierno de no haber tomado las medidas necesarias para evitar "el colapso" y calificó de "inaceptable" que Fomento hubiese "vuelto a fallar". "[José Blanco] se tenía que haber dedicado este fin de semana a echar sal en las carreteras en vez de vinagre en los mítines domingueros".

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Fomento contraatacó para explicar que los primeros kilómetros de las autovías de entrada a Madrid, donde, según el ministerio, se registraron los mayores problemas circulatorios, dependen del Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el popular Alberto Ruiz-Gallardón. El Departamento de Blanco señaló, además, que incluso había cedido seis quitanieves al Consistorio para limpiar los puntos más calientes, mientras el titular del departamento, José Blanco, pedía acudir al Congreso para explicar "la aplicación del plan de viabilidad invernal".

La dirección nacional del PP parecía ignorar que la mayor parte de los problemas en las carreteras se habían producido en vías cuya competencia corresponde a sus administraciones. Y ni el Gobierno de la Comunidad de Madrid ni el Ayuntamiento de la capital siguieron el juego a sus jefes.

El consejero madrileño de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, afirmó que la coordinación había sido "ejemplar" y había funcionado "perfectamente". El ayuntamiento reconoció que no pudo limpiar debido a un accidente la gran placa de hielo del kilómetro 5 de la autovía A-5, la carretera de Extremadura, cuya titularidad y conservación es de su competencia en ese tramo, al igual que los trayectos considerados urbanos de las autovías nacionales, que salen de Madrid y que están por dentro de las rondas.

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La Dirección General de Tráfico intentó terciar por la tarde en la polémica. El subdirector Federico Fernández subrayó: "Todo ha funcionado muy bien a nivel técnico, no sé a nivel político. Da igual la titularidad de la carretera o quién la limpie, lo importante es que el ciudadano no tenga problemas. Son ganas de utilizar el tema de alguna manera política sin ningún sentido".

Sin embargo, no sólo se registraron dificultades en las carreteras. Los aeropuertos y los trenes también se vieron afectados:

- Problemas en los vuelos. La mañana de ayer fue un infierno helado en el aeropuerto de Barajas. La nieve y el hielo, sumados a la difícil situación en los principales aeropuertos europeos, provocaron la cancelación de 322 vuelos (dato de las 19.00) y retrasos que lastraron las operaciones durante todo el día y afectaron a toda España. Dos de las cuatro pistas del aeropuerto, sobre las que habían caído unos cinco centímetros de nieve, no estuvieron operativas hasta a las 11.30 de la mañana, según informó Fomento. Una nueva quitanieves, recién traída de Alemania, facilitó los trabajos de retirada, pero no evitó que las pistas se congelaran y que tardaran en abrir después porque los técnicos debían revisar después al detalle el pavimento. A esto se sumaron los problemas de baja visibilidad. Barajas tenía previstas ayer 1.165 operaciones. AENA informó de que a las cinco de la tarde se habían realizado 361. El aeropuerto sólo funcionó "a plena capacidad", según la agencia, desde las cuatro de la tarde. El puente aéreo con Barcelona no funcionó entre las 7.30 y las 12.30 de la mañana. En el aeropuerto de El Prat fueron suspendidos 24 vuelos. Aena se negó a dar un dato de afectados, pero a una media de 125 pasajeros por avión, los afectados podrían alcanzar los 40.000. Los que pudieron volar soportaron retrasos entre cinco y siete horas que afectaron a todas las compañías. Junto a Barajas y otros aeropuertos españoles, estuvieron cerrados a distintas horas del día decenas de aeropuertos en el resto de Europa.

- Cancelaciones y retrasos en el AVE. Mientras Barajas se bloqueaba y ponía su parte en el caos aeroportuario europeo, a las 5.45 de la mañana descarriló un convoy del AVE en las cocheras de Renfe. El imprevisto, cuyas causas no pudo explicar ayer la compañía, provocó que otros trenes no pudieran salir a cumplir con el servicio. La consecuencia fue la cancelación de cuatro trenes de Madrid a Barcelona, uno con destino Sevilla y otro con destino Málaga.

Desde las siete y media hasta las diez menos cuarto de la mañana, cuando se pudo retirar el convoy de la vía, no funcionó el servicio con normalidad y aun después, los trenes seguían acumulando retrasos, sobre todo porque se veían obligados a reducir la velocidad en algunos tramos más afectados. Renfe calculó el número de perjudicados en 2.500 personas. La compañía decidió poner doble composición en los trenes. Normalmente, salen con capacidad para 400 personas y ayer salieron con 800 asientos.

Aspecto de la zona de facturación de la T-4 de Barajas en la tarde de ayer, con largas colas ante la oficina de Iberia.
Aspecto de la zona de facturación de la T-4 de Barajas en la tarde de ayer, con largas colas ante la oficina de Iberia.S. SÁNCHEZ

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