Los afectados de la explosión de Fondo, a casa tras cuatro años

Tras cuatro años de espera, los afectados por la explosión de gas en la Rambla del Fondo de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) pueden estrenar su nueva casa. La Torre Sònia, bautizada así en homenaje a la vecina fallecida en el accidente, está terminada y se levanta en el solar en el que quedaron tres bloques maltrechos tras el siniestro. Hasta 16 familias afectadas recogieron ayer las llaves de las nuevas viviendas. Ahora todos piensan en amueblarlas y mudarse cuanto antes para recuperar la normalidad perdida el 12 de enero de 2006.

"No es un día de fiesta, pero sí de alegría y continuidad", señaló Àngel Moratilla, portavoz de la plataforma de afectados en un acto sobrio pero cargado de simbolismo. "Hoy no se acaba todo, quedan muchas metas por delante". Una de ellas es el juicio por la explosión, que puede llegar en 2010 tras cuatro años de instrucción en la que están imputados cinco trabajadores de Gas Natural. Los afectados reivindican que tras la fuga no se aplicaron bien los protocolos de emergencia de la gasista y que eso tuvo unas consecuencias fatales.

Además de la batalla legal, la construcción de la Torre Sònia ha estado plagada de obstáculos. En enero de 2007 se colocó la primera piedra, pero seis meses más tarde se pararon las obras por falta de fondos. Tras ganar las pasadas elecciones municipales, el ex alcalde Bartomeu Muñoz presentó un nuevo proyecto que incluía nueve pisos extra, cuya venta debía permitir a los vecinos autofinanciar la obra. De momento, los vecinos no han podido vender ninguno. Ya este año, uno de los últimos escollos ha sido la inclusión de la constructora Proinosa y la empresa municipal Gramepark en la investigación del caso Pretoria. A pesar de que la obra no figura en el auto del juez Baltasar Garzón, el proceso retrasó la entrega de llaves.