"Sólo se nos puede pedir algo más: regularidad"

A Manuel Pellegrini anoche se le vio por primera vez relajado en la sala de prensa del Bernabéu. Parece que el técnico chileno empieza a disfrutar, ya no sólo del juego del Madrid, sino también de su trabajo. Nunca admitirá públicamente que le ha costado. Siempre se hace fuerte ante las críticas. Y casi invisible cuando aparecen los halagos. Cerró el año a dos puntos del Barcelona y con un registro goleador de récord: 40 tantos en 15 partidos. Es decir, 2,6 por encuentro o, lo que es lo mismo, un gol cada 33 minutos. Nadie en las grandes Ligas europeas puede presumir de esa capacidad ofensiva. Ni siquiera el Chelsea de Carlo Ancelotti que sí ha marcado 42 tantos pero en 17 encuentros y promedia 2,4. El Inter y el Bayer Leverkusen llevan 35 en 16, y el Burdeos y el Marsella 30 en 18.

"¿Se puede pedir más?", le preguntaron anoche a Pellegrini.

"Sí", contestó el técnico. "Regularidad. Hoy hemos estado sólidos y ordenados durante 90 minutos. Hemos jugado de inicio a fin con independencia del resultado y ahora hay que extender esta dinámica durante el resto del campeonato", explicó. "Mis jugadores están reventados", dijo José Aurelio Gay, el técnico interino del Zaragoza nada más pisar la sala de prensa. Nadie podría haber explicado mejor el estado en el que el Madrid, una apisonadora anoche, dejó a su rival.

El marcador, según confirmó Pellegrini, indica que los blancos se acercaron a la perfección. Pero él se queda con algo más que la goleada. "Es la ratificación de lo que veníamos mostrando en lo últimos partidos [han anotado 13 goles en sus últimas tres citas]. Hemos encontrado una distancia cómoda de juego que es lo más difícil en el futbol", comentó. "Y lo que más me gusta es que los movimientos ofensivos se están haciendo con el espacio, más que con gente fija", prosiguió. Era una de las cosas que el técnico buscaba desde el verano.

"Da la impresión, viendo el marcador, que el partido ha sido perfecto. Pero yo más que eso busco un funcionamiento independiente de los nombres y creo que lo hemos alcanzado después de tantas rotaciones. Los números demuestran que hemos seguido el camino correcto a pesar de las críticas que hubo. Yo sé que los jugadores lo entendieron desde el principio y día tras día lo han ido asimilado", explicó.

Volvió a repetir que de momento no hace falta buscar con apuros a un central. Que le vale con Garay, Metzelder y con la alternativa de Ramos. Repasando sus seis primeros meses en el banquillo del Madrid, y antes de coger un avión rumbo a Chile, el técnico confesó que, a pesar de los momentos difíciles [el conflicto con Guti y la gestión de la suplencia de Raúl, por ejemplo] él nunca lo vivió como una guerra. "Yo no ando jugando batallas, la única que me interesaba, tener el respaldo de los jugadores, la he ganado desde el primer día que me senté aquí. La mía no es una lucha personal, ni mucho menos, es una manera de pensar y de vivir el fútbol", comentó.

De momento, la ha ganado. Por eso, al felicitar al Barça por los seis títulos, se creció y defendió su trabajo. "Han conseguido algo difícil de repetir. Por eso, y mirando al presente, para nosotros es un doble mérito estar a dos puntos de ellos en una primera vuelta además en la que hemos visitado ya los cinco campos más difíciles [Barcelona, Sevilla, Valencia, Villarreal, y Atlético]", concluyó.