La ampliación de las playas de A Coruña liquidará las miñocas

El proyecto de ampliación de las playas de Riazor y Orzán, en A Coruña, tendrá "efectos muy negativos" sobre las miñocas de la zona, según reconoce la Xunta. Trece familias viven hoy por hoy de la recolección de estas lombrices, según el diputado nacionalista Bieito Lobeira, quien instó ayer al Gobierno autonómico a tomar medidas de compensación en el caso de que la demarcación de Costas lleve acabo el proyecto, que supondría añadir a las playas 290.000 metros cúbicos de arena.

Lobeira aseguró en la comisión de Pesca del Parlamento gallego que en estas playas quedan los reductos más importantes de miñocas, ya que las actuaciones en otras partes del litoral e infraestructuras como el puerto exterior de A Coruña las han arrinconado allí.

Riazor y Orzán son uno de los mayores reductos gallegos de poliquetos

El director general de Ordenación e Xestión dos Recursos Mariños, Pablo Fernández Asensio, replicó que no le consta que este plan se vaya a llevar a cabo. A pesar de eso la Xunta ha hecho dos informes que pronostican que los movimientos de arena impedirían la producción de los poliquetos. "En ese caso se creará una comisión, en la que estén presentes Estado, Gobierno gallego y afectados, para determinar las compensaciones", aseguró.

Lobeira también preguntó al director general por los efectos que tendrá sobre el marisco la construcción en marcha de un viaducto por donde pasará el AVE en la en la desembocadura del río Ulla, que da paso a la ría de Arousa. Fernández Asensio garantizó que la Xunta hará un seguimiento mensual del estado de las aguas en la desembocadura del río Ulla. En el primero que se ha realizado "los valores de los parámetros se mantienen estables y dentro de la normalidad, por lo que no hay indicios de afección aguas abajo". "Las medidas de control medioambiental se están llevando a cabo y funcionan con éxito", subrayó.

La comisión discutió también sobre el Plan Galego de Acuicultura. La diputada socialista Marisol Soneira protestó por el cambio que pretende hacer la Xunta, por el que los espacios no serán adquiridos por la administración para dar concesiones temporales a empresas, sino que serán las propias compañías las que podrán hacerse con los terrenos para montar sus negocios. La parlamentaria socialista cree que esta mecánica fomenta la especulación y desprotege el interés público. Le respondió el secretario general de Mar, Francisco José Vidal-Pardo, quien alegó que este mecanismo es menos costoso para la Administración y expresó su "confianza en el mercado" para defender el cambio del plan: "Ustedes quieren convertir a la Xunta en una promotora. ¿Por qué es más ético eso de que las empresas sean directamente las que adquieran los terrenos?".